Una lágrima cae en un charco para aclarar el fango del mismo
Y en él empieza a fluir sosa y se convierte en torrentes de agua cristalina,
Asimismo purifica todo lo que encuentra a su paso

Y con él se lleva las penas y las amarguras
Que un día reflejaban en el rostro de quien lloró

Y su lágrima dejó caer al suelo
Para que nazca el más lindo afluente
Que se llevó todas sus dolencias y malas experiencias
Para convertirse en un hombre de ciencias.

Con una lágrima del pasado que lloró cuando era niño,
Aprendió de sus errores el amor y todo el cariño
Para obtener la victoria cuando fuese un hombre.

Ahora que lo es,
No llorará otra vez;
Pues aprendió de la vida, lo bueno y lo malo.
Con tan solo dejar caer su lágrima al suelo,
Se hizo hombre y enalteció su vuelo.

(Miguel Andres Vásquez)
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Nota: el "no llorará otra vez" no es literal. Sino que es una connotación, con respecto a la experiencia de un muchacho cuyo nombre es reservado.