Nada es para siempre. Y sin embargo
la vida perdura.
Más allá de la estructura
de las formas
aparentes, existe el fluir
infinito, el recrearse
a cada instante, del ahora
-que está fuera del tiempo-
como amalgama de presencias.
Todo lo que es lo es en presente
-nunca fue el ayer jamás será el mañana-.
Y todo lo presente entra en resonancia
-es decir-
todo está en continuo movimiento.
Si algo ha de volver, vuelve transformado.
La impermanencia es radical. Y por lo tanto
La fluidez no es necesaria.
Es vital. -Acompañar el flujo de la vida-.
Somos todo el universo. Y sin embargo.
Texto agregado el 01-05-2013, y leído por 122
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