Toco el cielo y rozo tus labios
como si toda esta historia
fuese una extensión de otra - una historia
mucho más hermosa -
en la que no hay que salir
CORRIENDO
después
de hacer el amor
sino tomar un libro cualquiera y leer
a los pies de la cama, mientras alguien
cepilla su cabello y recordamos
cada segundo en la inolvidable pestaña del dolor:
el conocimiento más extenso que pudiese abarcar
y que permite que mis manos se muevan con
la delicadeza del deseo, una y otra vez como si
NO HUBIESE
FIN.
Majestuoso placer cuando junto mi memoria
a la de otro ser humano, sin importar nombre
ni clase social ni siquiera si mañana volveré
a verte y entonces, caída y ocaso, sembraré
este cielo entristecido,
de lágrimas y vertederos: porque todo difiere...
Así nos enseñaron que se procrea la muerte.
Texto agregado el 30-04-2013, y leído por 104
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Lectores Opinan
30-04-2013
como siempre, un grato placer pasar por tus letras Rita! felicitaciones por éste texto!****** nanajua_