La historia que voy a contares además de interesante es verídica (a pesar de las malas lenguas que refieren que el narrador es un consumado mentiroso, pero…). Sucedió en uno de nuestras sufridas repúblicas latinoamericanas.
Viajaban en una camioneta de lujo en comisión especial Diputados del Partido Abusivo Nacional, Partido Rapiña Internacional y Partido Revoltoso De “a madres”, para analizar los problemas agrarios del país. Desde luego disfrutando de las bebidas espirituosas, producto de la gloriosa y productiva industria vitivinícola del país.
En una de las tantas curvas el conductor de la Suburban pierde el control y chocan con algunas rocas que se encontraban en el acotamiento.
Después de mucho tiempo (por las inevitables demoras burocráticas) llegan al lugar de los hechos, Peritos, Agentes de la Procuraduría General de la República, Militares; para tratar de dar auxilio a los lesionados, pero se dan cuenta de que no hay ninguna persona en la destrozada camioneta. Por lo tanto empiezan las investigaciones.
Los agentes de la PGR se dan cuenta que cerca de donde ocurrió el accidente hay una casa y se dirigen a ella para pedir informes. Sale un campesino de la pobre morada a recibir a los agentes, los cuales le preguntan:
— ¡Oiga Usted! ¿Vio a los políticos que se accidentaron?
— ¡Sí, si los vi! Y les di cristiana sepultura.
Sorprendidos los agentes investigadores vuelven a cuestionar al humilde campesino:
— ¿No nos diga que todos estaban muertos?
— Pos algunos decían que no, pero ya ve como son de mentirosos esos hijos de la chingada.