Si, lo admito, quizás hay en mi algo aún que retiene deseos de decir algo. ¿Cantar? Parece que hace tanto que no hablo, tarareo un verso infinito, sin letra, sin cuento. Claro que lo admito, no tienen vergüenza mis palabras, allá se van contentas de hecho, satisfechas por haber nacido y perecido así con tan poco sentido. No importa tampoco si mis labios no se curvan para arriba, tan solo basta la apertura de un pequeño universo inyectado en los tímpanos de algún receptor, aunque este sea uno mismo ¿Vió? Pero no se habla aquí, de hablar por hablar, aunque de algún modo de hecho lo este haciendo, no, aquí se habla de expresar. En la comunicación se expresa... y algo más. Mientras intentamos retorcernos los sesos desconfigurando electronicamente ese algo más yo no puedo evitar formularme esta misma pregunta una y otra vez: ¿Expresar qué? Y agregar horrorizada después: ¿Para qué?! Claro que me late el corazón mas fuerte y mis muñecas empiezan a temblar y siento como si me fuera destartalando, un esqueletito con cada hueso fuera de su lugar. Las eternas metáforas del querer expresar. El desencuentro. Me preocupa eso y todo lo demás, hasta el por qué me preocupo. Y así hasta el infinito... que se torna canción... y repite un verso... q no es cuento, ni tiene letra... |