Se hacían largos los días
Y las fantasías acortaban las noches.
Así de la nada, comencé a verte... otra vez
Tu, compañera de 5 siglos,
Más fiel que nunca,
Proporcionas tu agridulce sabor.
Si, tal ves no deba insistir en buscar
Y aceptar de ti, como mi único destino...
Unico e irreversible.
Hay amiga, yo quiero de él la cura para tu presencia.
Tú puedes darme la libertad provisoria, por un momento, solo por uno,
En tus charlas de miel,
Darle a esta existencia un leve sabor a vida.
No, yo sé que no es para siempre,
Pues ella jamas me dejara.
Solo regálame un instante sin soledad.
Finjamos amor, finjamos querer,
Digamos a un mundo invisible...
Que nos deseamos.
Y yo prometo reír todas vuestras
Lunas llenas que de tu ventana
Tu dibujas al verme.
Son sus momentos de calor
Que cubrieron de velos y palabras
Confusas, en ellas creí encontrar
Un calmante para esta agonía...
Interminable.
Pero no, pues tal sinónimo, muerte,
Tu soledad, remedio no hay.
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