Era una época habitual para el cáncer,
pedazo flotante entre las familias.
Descansar ante el amor ascético,
respetar las clausulas pre-mortem (sabio consejo).

Se derramaron muchas gotas del vaso,
salubres y finas gotas escarparon el tiempo,
atando mi nariz al suelo.

Cavilo lo incesante mientras bebo un vaso
de vida y mi vida cesa como un girasol en invierno.

Me desvanezco tras los pasos de una estación
tal vez vuelva en otra
tal vez no.

Aprovechare el coito de los gatos
para concluir mis tramites
en la embajada del infierno.
Lapso de apoteosis
en el cuarto plano,
¿oíste algo de San Pedro?.

Atmósfera llena de luciérnagas
titilan dos almas rumbo a Fobos,
besándose,
anudándose
fomentando caóticas paradojas.

Llegué hasta el prado de nubes,
nido de combustión,
donde cientos de artistas
pintan lienzos de sueños,
salinea implosión.

Los ejes desconfigurados
laceran las horas,
los comunes encuentran 24 llaves
solo 6 abren.

No hay erotismo en la brisa
solo incandescente decadencia,
y las repetitivas musas famélicas
danzando por la cordillera.

Transitorias arcadas
en una montaña,
me deslizo sobre la pena que se gasta
hasta fenecer, fenecer, fenecer, fene...

-DESPERTÉ BEBIENDO CAFÉ A LAS 8:37 A.M.
-QUE LOCASO HUEVÓN