Sería ella, esa simple, pero al mismo tiempo, complicada chica de ojos grandes, hermosos y marrones, y esa voz que lograba sacarme de cuadro con solo pronunciar una sola sílaba. Ella sería la que me haría estremecer de alguna manera, la cual no tuviese idea como fuese y mucho menos pudiese llegar a entender.

Esa chica que con solo verla a lo lejos con esa tierna y gran sonrisa lograba hipnotizarme por horas y horas, ese gesto, que mostraba felicidad con los labios, que podría ver por siempre sin cansarme.

Esa chica, con esa mirada tan penetrante y tierna, la cual hacia que baje todas mis defensas y abra las puertas de mi alma ante esos hermosos ojos color caramelo. Esa mirada tan dulce que, con solo verla por muy pocos segundo, mostraba que ese par de lunas color marrón no eran más que un par de puertas abiertas y sin cerrojo.

Esa chica, con cuya personalidad fuese tan indescifrable que, sin importar lo que hiciese, no podría entender. Con ese cuerpo que, sin ser voluminoso como actriz proveniente de película pornográfica, llamase mi atención con solo verla caminar, con esa caminata tan extrañamente sensual. Sin embargo, no era una sensualidad que cualquiera pudiese tener, sería algo tan único que solo esa chica tuviese.

Esa chica tan única en su especie que haría falta más de mil millones de generaciones para que alguien parecida a esa mujer, la cual lograra quitarme el sueño, nazca.