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El final, 1945, Hiroshima.
La expresión del rostro de Kenji denotaba indiferencia. Él tenía conciencia de que su accionar fue bueno, y sabía que no tendría por qué preocuparse. Además, vagaba desde hace tiempo en ese río, ya lo conocía. En cambio, Jana sí tenía motivos para alterarse. Iban en el mismo barco, pero le aguardaban destinos diferentes. Mitsuko incluso iba contenta, se notaba felicidad en su cara. Emociones diferentes, personas diferentes. Cuestiones de fe o cuestiones de vida. Pese a todo, nadie poseía recuerdos certeros. Aún así, cada uno de ellos estaban impacientes, seguro tenían un "¿Dónde vamos?" plantado en sus pensamientos, y no se iba a ir hasta que la respuesta acalle tal pregunta. Kenji estuvo en el bote bastante tiempo, ya había perdido la cuenta de los días, o quizá meses. Creyó que nada podría sorprenderlo hasta que encontró a 10 náufragos perdidos en el río. Eso no era todo, cientos o quizá miles de botes repletos se pusieron a la par. Iban encaminados en Teigsia, el río de la incertidumbre. Su barco sería uno de los primeros en arribar, tendrían el privilegio de quitarse la intriga rápidamente. Se aproximan trepidantes. De no ver por la oscuridad, pasan a no ver por una gran luz que los ciega. Estaban llegando a lo que sería el final del camino. Ya no había vuelta atrás. A medida que se acercaban a la luz, sus ojos se iban acostumbrando, y pasan de estar entrecerrados por el destello a abrirse lentamente. Kenji avisó a los demás que estaban apunto de chocar con tierra, que se agarren. Mitsuko y Jana se agarraron de los bordes, junto con otros desconocidos que imitaron su accionar. El barco, cargado de 11 personas encalló de manera abrupta. Un ruido de madera quebrada se oyó, una frenada imprevista los tiró hacía delante y poco a poco el agua iba bordeando sus pies. Mitsuko quedo tendida en el piso de la embarcación. Kenji la ayudó a recomponerse y ambos salen primeros del bote. Le siguen el paso todos excepto Jana, quien tenía miedo de bajar. Kenji lo nota y vuelve por ella. -"¿Qué sucede?" es la traducción de las palabras que él utilizó. Jana no se inmuto, su postura era la misma. Estaba sujetada con firmeza al borde del bote, como si no quisiera que la bajen por la fuerza. Un breve lapso de silencio fue interrumpido por el llanto de Jana. Kenji sabía lo que pasaba, comprendía que él y ella no tendrían el mismo destino. El resto de la tripulación emprendió camino ligero hacía la luz, mientras otros botes llegaban. La orilla se había poblado de caminantes. Mitsuko, por su parte, admiraba la situación de Kenji y Jana desde lejos. Ella no comprendía, incluso se tambaleó como queriendo acudir pero no estaba lo suficientemente convencida como para hacerlo. Una amenazante bruma empezó a formarse, quedo sobreentendido que no debían quedarse allí. Mitsuko se asustó, ella había vivido su vida entra rezos y buenas acciones, le esperaba un lugar especial y no podría permitirse perderlo. Cuando su visión estuvo tan disminuida que la silueta de Kenji pasó a ser una vaga figura abstracta decidió emprender viaje. Se volteó y comenzó a correr. Kenji miró a la orilla, seguro que pasó por su mente escapar a la situación. Él no había sido un ejemplo de persona, pero no le aguardaba un sitio desagradable. Aún sabiendo esto su instinto por ayudarla era superior al miedo. No entendía por qué tenía la necesidad de quedarse con ella. La bruma preocupaba cada vez más, era como si los estuviera consumiendo. Jana no quería ir. Tenía mucho miedo. En el transcurso de la situación, un recuerdo vino a la mente de ella. Empezó a ver un parecido en Kenji a alguien que fue importante en su vida. No sólo es, recordó quien era Kenji. Su recuerdo la mostraba a ella apuntando un arma hacía él. Kenji decía que la amaba, le imploraba que no lo haga. Ella, en el pánico gatilló. El disparo dio en el esternón de Kenji y perforó su corazón. Jana pidió perdón, en la agonía él aceptó su perdón. Su visión la puso a llorar aún con más intensidad. Él la estaba esperando desde hace años, para poder tener el mismo destino. La amaría pese a todo, quería pasar junto a ella su eternidad, aunque sea en el peor de los lugares. Sus figuras cedieron a la bruma, había desaparecido completamente, pero lo habían hecho juntos.

Texto agregado el 25-04-2013, y leído por 149 visitantes. (0 votos)


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