El atardecer baja sedienta- el mar lo cobija mientras la brisa suave pasa de prisa. Hay pájaros dormidos entre las olas, sus nidos son mecidos entre su espuma blanca, tibia, brillante.
Se percibe la voz de una sirena esperando su rey, que navegando va a su encuentro- perfumado de bríos que trae el viento.
La luna se asoma desprevenida, ella sale a mirar enamorados- porque sabe que muchos la están buscando. En las flores del bosque, en las guitarras sueltas, y bandoneones. En el mundo infeliz también hay ilusiones.
Roba la noche un beso a su criatura luna- ella esta risueña sabe de besos. Un poeta se aturde de sueños fuertes, se los bebes como a un suspiro estremecido, y el lucero que es hombre así lo ha dicho, beberás hasta que regrese tu alma, o te mate tu pena.
Mar… me consuela tus frías aguas, tu sal que se desprende de tus ojos de plata, desafía mi piel y mi nostalgia. Tus noches tormentosas, y entre tu bruma voy saboreando en la arena tú sal, tu vida.
El sol se asoma como saliendo del nido del infinito, en silencio la tierra gime y espera, tu sagrada luz, tu calor de vida
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI |