He visto los ojos de una madre
ojos brillosos de llanto,
ha muerto su hijo querido,
hombre provechoso, atento,
en su bicicleta volaba,
persiguiendo altísimos sueños,
un conductor ebrio veloz
lo embistió con gran fiereza,
sueños, hombre, niño,
sangrantes quedaron en el suelo,
la madre esperaba su regreso,
su corazón latía frenético,
saben ellas cuando Dios
les envía lo irreparable.
Su hijo llegó al día siguiente
convertido en un cadáver
ahora es un monolito en la calle,
su bicicleta blanca ya no rueda,
se quedó anclada en el punto
en donde el alma de ese hombre,
voló a los cielos eternos.
He visto lágrimas en sus ojos,
madre de corazón roto,
la vida continúa cada día,
cada mañana ella espera
el regreso feliz de aquel hijo muerto…
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