“EL MISTERIOSO HUEVO”
AUTOR: C. ALEJANDRO SANDOVAL MEDINA
Todo sucedió posteriormente a una pandemia en el País, que ocasiono el sacrifico de millones de gallinas, provocando la escasez del huevo y por ende que su valor se elevara a precios estratosféricos, inclusive llego a estar más caro que la carne por increíble que parezca.
Fue en una granja del norte de México, y la principal actividad comercial de la granja era la producción y distribución del huevo, era una mañana singular en el que Francisco, comúnmente conocido como Pancho, se dirigió a recolectar el producto. Era un Hombre de aproximadamente 60 años, granjero fornido y su clásico sombrero vaquero, bigote, pantalón wangler ajustado y sus botas viejas red wing clásicas, era todo un personaje en la región por su acento norteño, fue entonces cuando se dio cuenta que en uno de los nichos se encontraba algo que le sobresalto y le sorprendió , algo nunca antes visto, inédito, increíble, se trataba de un huevo gigantesco, aproximadamente de un metro de altura, su color era verde olivo; el primer impulso de Pancho fue gritar, pero esto empeoro más la situación, ya que el gallinero se alboroto y las gallinas comenzaron su cacareo, enseguida fue por su escopeta y comenzó a buscar algún animal responsable de esa monstruosidad, su esposa de nombre Luz y Juan su hijo, lo siguieron intrigados por la conducta de Pancho, busco en todos los lugares posibles dentro de la granja sin encontrar algún rastro posible, inmediatamente entraron Luz y Juan, al ver aquel huevo, reaccionaron de manera similar a Pancho, nuevamente el gallinero se alboroto, Juan salió corriendo mientras que Luz con voz alta preguntó:
¬¬ —¿Qué es eso, de quien es?
—No lo sé vieja, hace un momento lo vi, pensé que tal vez era algún animal desconocido pero no he encontrado nada, respondió su esposo.
—Viejo y ¿si es una broma de los vecinos? Tal vez ese huevo no sea de verdad, esta rete grandote.
—Ya lo revise vieja en cada rinconcito del huevo y es genuino, no es pintado, además que cada vez que hay ruido comienza a vibrar como si quisiera salir del cascaron.
—No le hagas viejo, que tal si es un monstruo.
—Hay vieja no digas tonterías, lo misterioso es que no conozco algún ave conocida capaz de engendrar un huevo como este.
A los pocos minutos irrumpieron en el lugar una docena de personas ya que Juan les había avisado que en la granja de su Padre había un huevo gigante, entre la multitud se encontraba Isidro el presidente del Ejido, Doña Cuca, la Bruja de la zona, uno que le apodaban el “Moco” que era un loco, Rosa la chismosa y el chico Pedro que era un ratero, otros más que iban haciendo fila para entrar, ahora sí que se había alborotado el gallinero.
Al ver el huevo todos exclamaron un grito, palabras de admiración, intriga y miedo a lo desconocido, el moco fue el primero que dijo:
—No le hagan, esto es producto de extraterrestres, tal vez sea del chupacabras lo vi en una película, en verdad es verídico.
—Si serás bruto —refutó Isidro—. —¡Claro que no!, esto es un huevo de Dinosaurio, fíjate nomas en su color.
—Bueno, ¿y si mejor nos lo comemos?—contestó el Moco.
Algunos presentes no contuvieron la risa ante tales afirmaciones y menos Doña Cuca, pero al momento que ella habló, todos los presentes que se mofaban de las palabras del moco y de Isidro, contuvieron la risa.
—Estos son designios de que algo va a suceder —Dijo Doña Cuca con voz trémula—. El huevo tiene su significado metafísico y esotérico, simboliza el renacer de un mundo nuevo, esto viene en las profecías de nuestros ancestros y en la sagrada biblia, sea lo que sea, que encuentre ahí dentro, está teniendo una metamorfosis preparándose para salir del cascaron, y entrar a otra realidad, la nuestra. Me temo que lo que está adentro no es bueno, me arriesgaría a decir que es el mismísimo anticristo, el hijo del maligno.
—¡Claro que no! —El Padre Pio Quinto interrumpió a Doña Cuca.—Esto es una señal de nuestro Señor para que juntos hagamos oración, es un milagro como todas las cosas creadas por nuestro Padre celestial y no debemos de blasfemar de sus creaciones, porque caeremos en el pecado y nos condenaremos a las tinieblas, que es lo que desea el maligno.
Un sonido que retumbo estruendosamente, cuya procedencia era el huevo, paralizo a los presentes y termino con las palabras del Padre Pio Quinto, todos retrocedieron unos pasos. Doña Cuca aferro un amuleto diciendo extrañas palabras, mientras el Padre rociaba el huevo con agua bendita pronunciando una oración en latín. Doña Rosa agarro a correr junto con el moco gritando “¡Se va a reventar, se va a reventar!” Mientras que Isidro gritaba:
—¡Hablen a las autoridades!
El Chico Pedro respondió:
—Pero usted es la autoridad Don Isidro.
—Apá, y si el Huevo tiene radiación, todos vamos a morir, eso lo vi en una serie. —Dijo Juan.
Pancho, Luz y Juan, veían toda la escena atentamente, parecía un ridículo monologo, a pesar de su temor, no podían dejar su granja ya que era el único patrimonio. Cuando todos guardaron silencio sincronizadamente el huevo dejo de retumbar, entonces se dieron cuenta que el ruido era lo que provocaba la alteración en el huevo.
—¡Cállense! Grito Pancho, ninguno de ustedes tiene que estar aquí, el huevo está en mi granja y por lo tanto yo seré el que elija que hacer con él, cosa que a ustedes no les importa.
De pronto escucharon un bullicio desde afuera, todos miraron y era Rosa que venía en el camino junto con unas 50 personas, todos se dirigían a la granja para ver al huevo, era más que obvio que rosa era más comunicativa que el periódico de la localidad. Los que estaban adentro de la granja salieron para detener a la horda, todos excepto uno.
Entre la multitud de gritos se alcanzaba a escuchar “¡Queremos ver el huevo! ¿Dónde está el huevo?” Pancho simplemente les contestaba estirando los brazos inútilmente para detenerlos:
—¡No pueden pasar, esta es mi propiedad y cállense! que el huevo se va a exaltar, Don Isidro, haga algo por favor.
—Claro que si, pues lo siento Pancho, pero tengo que decomisar el huevo, tienen que venir expertos para que lo examinen, tal vez puede ser peligroso para la comunidad y es mi responsabilidad resolver este tipo de situaciones.
—¿Pero a donde lo llevaran?
—Por eso no te preocupes, va a estar resguardado y seguro, lo llevare a mi oficina —en su mirada se podía percibir mentira y avaricia—, ahí nadie se atreverá a entrar y mucho menos los chismosos, hola Doña Rosa veo que no tardo mucho en difundir la noticia.
Don Isidro entro nuevamente a la granja junto a Pancho y su familia, seguido por el séquito de curiosos encabezado por Doña Rosa, el Padre, el loco, la bruja; pero de pronto Doña Cuca gritó “¡Ya no está el huevo!” Todos entraron súbitamente y buscaron en todo el lugar, y el sacerdote exclamó:
—¡Esta es una bendición de nuestro señor, por fin ha roto el cascaron la criatura!
—¡Claro que no! —refutó Pancho—.No hay rastros del cascaron, pero no pudo desaparecer de esa manera, es imposible.
—Yo les dije que era el chupacabras, y nadie me hizo caso. —Dijo el Moco, entre risas y burlas de algunos.
—¡Miren! allá va el huevo, —gritó uno de los presentes, y a través de una de las ventanas, se alcanzaba a ver en una loma que iba corriendo el chico Pedro con una carretilla y sobre la carretilla estaba el misterioso huevo, todos corrieron tras de él, el chico Pedro apresuró el paso provocando que el huevo comenzara a retumbar, cuando en una fracción de segundo la carretilla se ladeo y el cascaron comenzó a romperse poco a poco, esto distrajo a su raptor ocasionando que esté tropezara con una piedra y dejando a la deriva la carretilla con su viajero, y se detuvo al chocar con un tronco, provocando que saliera disparado a gran altura el producto, todos gritaron al unísono “¡¡¡Nooo!!!” y por fin cayó detrás de un arbusto, al llegar al lugar esperando lo peor, solo vieron restos del cascaron, y un misterioso agujero de aproximadamente un metro de diámetro, cuyo fondo no se pudo medir ni por científicos.
—Ya ven, mejor nos lo hubiéramos comido. —Dijo tristemente el moco.
Semanas después de que los científicos acudieran a la famosa granja del huevo misterioso, dieron los resultados de los análisis de los restos del cascaron, cuyo sorprendente veredicto fue “Organismo desconocido”.Ω
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