Eres tibia piel refugiada entre blancas sábanas. No necesitas pronunciar palabras para ofrecerme tu espalda desnuda, en abierto desafío al deseo que me atrapa de construir en ella caminos al placer. No es instante de pensar solo somos caricias. El espacio entre los cuerpos, se desvanece. Fundidos en un abrazo, nos hacemos uno.
Texto agregado el 12-08-2004, y leído por 180 visitantes. (2 votos)