Hace rato que no puedo dormir, que doy vueltas, que soy calesita en mi cama, la cabeza pesa, y el corazón no se calla. Siento culpa por mi mañana, se que va a costar levantarse, pero adentro hay una revolución, no se si es euforia, tristeza, sinestesias, si sinestesias debe ser.
Cuando no duermo, es porque yo mismo me estoy pidiendo una charla. Una amiga, Amparo, se volvió a vivir a Buenos Aires, viví allá tres años, sin conocernos eramos vecinos. Nos conocimos acá en Córdoba, y nos relatamos nuestras vidas paralelas. Le dije a Amparo, que yo también iba a volver a vivir a Buenos Aires. Y hoy no puedo dormir, en mi cama, en mi departamento, lleno de alegría por haber aprobado mi primer materia de la nueva carrera que estoy estudiando, preocupado por no llegar dormido, o muy tarde mañana a mi trabajo estable, y me veo metido en una vida que no se si quiero, y me busco las alas y las veo en desuso. Necesito certezas, estará bien por donde voy? estos sacrificios valen la pena, disfruto de lo que hago? no estoy dejando pasar mis oportunidades, quién me convenció de que esto que hago, esta rutina es lo mejor para mi? por qué nos enseñan que volar esta mal, que arraigarse es lo estable, y lo estable es lo que nos sirve, nos madura, nos ayuda a construir un mañana? y si el mañana que construyo no merece ser vivido?
Voy a tomar algo para dormir, mis charlas conmigo mismo suelen dejarme más despierto y enojado conmigo....
Dulces sueños, felices los que se animan a volar. |