MEDICINA ALTERNATIVA.

En las primeras visitas, este doctor me atendió en el consultorio del hospital donde pudo realizarme los estudios correspondientes por un problema de digestión lenta que yo le había expuesto. Para la última, en la que estudiaría el diagnóstico, me recetaría la medicina y seguramente una dieta alimenticia a seguir, me derivó a su consultorio particular que recién ahora estaba por habilitar, sin turno ni hora fija. Llegué a ese domicilio una hora antes del mediodía y entré por la única puerta que había. Una vez allí me di cuenta que su consultorio estaba a un costado del living pronto a estrenar, y que la sala de espera todavía formaba parte del gran comedor familiar contiguo. Así que me ubiqué en el sillón más cercano a la ventana y esperé leyendo una revista. Bastante esperé. Hasta que de pronto apareció la mucama y sirvió la mesa. Una comida macrobiótica o vegetariana por lo que podía ver. Mi situación ahí sería arto incómoda, así que inmediatamente me levanté y me senté a la misma. Educadamente por supuesto, sin tocar un cubierto hasta que no fuera acompañado por los demás comensales que ya estarían por llegar...