La llovizna caia despuès del aguacero.
La solidez con la que aquel cielo de color plomizo.
Envolvia el dia era una especie de manto que cubria el firmamento.
Mirando el panaroma viendo caer la lluvia, como las
gotas de agua chocaban contra cualquier superficie.
Unas veces de forma violenta otras, de forma pausada.
Era como una sinfonia musical solo habia que pararse y
escuchar...., el viento aveces, otras veces, el aire mas calmado.
Silbaban melodias que acompañaban a la lluvia.
Los golpes contra el asfalto, contra el suelo, golpeando
las paredes era cajas de resonancia, tamboriles, que marcaban el compàs.
De una sinfonia que creaba lazos llenos de armonia.
Si estabas atento podias ver a las nuves reunidas, como
se enfadaban , enengrencian y encoraginaban con su amigo el rayo.
Estè de mal humor mandaba al relampago, que tronara
era su protesta, por algùn enfado.
Asi dia tras dia aquella sinfonia que era màgica, no paraba.
Otras veces cuando chispeaba, era semejante a una reuniòn
de amigas que hablaban bajito.
Apenas si se las escuchaba, si callaban dejaban de chispear.
Todo esto me hacia pensar que la naturaleza era muy sabia.
Yo comparo a la naturaleza con la mejor ambrosia, ella crea
y da vida, es capaz de crear magia en cada manifestaciòn.
De su excelsa grandeza, llena los rios, da vida a los mares.
Riega las flores del jardin humedece a los jazmines que florecen
por los rincones de cualquier lugar.
Es sabia y generosa, violenta y cruel, pero siempre
humilde y agradecida.
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