La tela de la araña, era una maraña de hilos, que
parecia una selva blanca antigua y llena de polvo.
Tejida y trenzada, nunca fue visitada por ningùn
insecto, se quedò asi intacta, tal y como la creo.
Aquella fiel e infatigable araña, que tejia sin parar.
de dia y de noche,


sola en aquel caseròn se aburria como una ostra.
tenia decorada todas las paredes con miles de filigranas.
todos los rincones parecian obras abstractas.
segùn las miraras o diera la luz del sol.


La araña se aburria y curioseaba por el caseròn.
Una vez se metiò dentro de una botella de licor.
Fue cuando mas creativa se volviò, la borrachera.
la hizo tejer una verdadera obra de arte que ocupaba
todo el salòn se movia en zig, zag, como un borracho
dando tumbos, un trenzado
erràtico por aqui, otro por allà.


Alguna vez que otra algùn mosquito despistado.
visitò aquel caseròn y se quedò prendado de sus obras.
De las que tenia repartidas por aquel caseròn.

Aquel mosquito en cuestiòn era un yonki.
Vivia en un suburbio de una gran ciudad.
Entre gente marginal a la que chupaba sin piedad.
De ahi su gran adicciòn a todos los estupefacientes.


Se llamaba paquito, con aquel mosquito la araña
marañosa, tuvo durante algùn tiempo alguien
con quien charlar, no tuvo que comerselo.
Le gustaba que le contara sus aventuras en la gran
ciudad, el pobre estaba muy enfermo.
Entre el crack, el caballo y el LSD ya no se acordaba
ni como se llamaba, a veces decia que se llamaba.
Paquito otras veces tripy, y otras hachis.
Un dia ya no se despertò volvio de uno de sus viajes
de la gran ciudad, se quedò dormido y no depertò.
La araña lo envolviò como solia hacer cuando comia
insectos, y lo dejò que se pudriera en algùn ricòn de aquel
caseròn. no se atreviò a comerselo, olia muy mal.


Aquel mosquito yonki despertò en aquella araña su deseo de viajar.
Asi que se decidiò a salir de aquel caseròn, iria en la misma
furgoneta en la que viajaba el mosquito, y que aparcaba
cada noche, en aquel viejo caseròn.


Asi fue como una noche se instalò en aquel
furgòn, para ese viaje tejiò una buena cama de viaje


De este modo aquella araña aburrida se fue a recorrer mundo.


El furgon arrancò y comenzò su andadura la araña miraba a travès del cristal.
Como el tràfico y las luces de Neon deslumbraba, y daba vida.
Aquella ciudad extraña donde empezaria una nueva vida.