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Inicio / Cuenteros Locales / musas-muertas / Amigos (encontrado revolviendo cosas viejas...)

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Javier es mi mejor amigo y somos amigos de toda la vida. Claro, cada vez que digo esto mamá me sonríe condescendiente y papá me dice con ironía:
- ¡¡Uyyy, toda la vida!!
Yo se que lo dice porque Javier y yo solo tenemos doce años, pero a mi no me importa.
Javier es hijo único, su papá falleció en un accidente de tránsito poco antes de que el naciera, nunca lo conoció salvo por las fotos que su mamá cariñosamente le mostraba cada vez que mi amigo preguntaba por el.
Siendo vecinos y mi mamá, amiga de la suya, nos conocimos casi de bebés. Nunca peleamos por nada.
Nuestra infancia fue feliz, nos mandaron al mismo colegio, nos sentábamos juntos en el aula, y, por las tardes, estudiábamos y pasábamos todo el tiempo juntos. A veces cuando su mamá debía ausentarse por trabajo, Javier venia a dormir a casa. Conversábamos de todas las cosas, del colegio, de los compañeros, de nuestros héroes de televisión, y alguna noche hasta hablamos de la muerte.
- Yo no le tengo miedo ¿Y vos Gonza?
- Yo si, bueno, un poquito, ¿No?
- ¿Por qué?
- No se Javi, creo que debe doler.
- Hmm, no sé.
El año pasado, estando en casa y su mamá de viaje, nos avisaron por teléfono que ella había tenido un accidente y había muerto.
Papá me llamo y me adelantó la noticia. Yo pensé que iba a morirme. - ¡Pobre Javier!. ¿Como lo tomará?...
Papá nos convocó a todos y nos sentamos en el living, yo al lado de mi amigo. Le tomé la mano con fuerza, Javier me miró intrigado. Papá trató de ser lo mas diplomático posible, pero en seguida Javier se dio cuenta y lo interrumpió.
- Disculpe, ¿le ha pasado algo a mamá?
Papá bajó la vista y asintió con la cabeza
- ¿Ha muerto?
Papá asintió nuevamente. Javier palideció, apretó muy fuerte mi mano y unas lágrimas rodaron por sus mejillas. Papá quiso explicarle que su tía, la hermana de su madre, se estaba ocupando de todo y que más tarde lo pasaría a buscar, pero Javier no le prestó atención, y me dijo:
- ¿Gonzalo, podemos ir a tu pieza?.
Nos levantamos, caminamos hasta la pieza y nos sentamos en la cama, uno al lado del otro en silencio. De pronto empezó a sollozar, lo abracé con fuerza, y así pasamos la tarde.
Al día siguiente en el velorio, Javier estaba abatido y taciturno. En un momento se acercó al cajón cerrado y agachándose sobre el, dijo unas palabras en voz baja que no alcancé a oír. Luego de eso sus hombros vencidos se enderezaron aunque se mantuvo en silencio buscándome como única compañía. No quiso asistir al entierro y nos quedamos juntos en casa.
Han pasado mas de seis meses, Javier aparenta haberse recuperado, solo a mi me confía lo mucho que extraña a su mamá, todas las noches sueña con ella y a veces la escucha durante el día, pero nunca quiso decirme que le dijo en el velorio. La tía, le permite venir a casa con frecuencia, seguimos pasando el tiempo juntos, pero, casi todas las noches, tiene pesadillas y me despierta con sus gritos.
- ¡Mamá!, ¡Mamá!
Hace una semana salimos de vacaciones. Papá alquilo una casita en la costa, y le pidió a la tía de Javier que permitiera que el nos acompañara. La tía no tuvo inconvenientes, somos como hermanos.
La casita es cómoda y con Javier tenemos nuestra propia habitación. Por supuesto que lo primero que hicimos es salir a recorrer los alrededores. La playa es hermosa, el pueblito es muy divertido, pero lo que mas nos llamó la atención es la casa abandonada.
En las afueras del pueblo y construida sobre un promontorio, sobresale solitaria. Está abandonada desde hace mucho tiempo. Le pregunté a papá por la casa y me dijo algo acerca de una familia fundadora del pueblo y algo sobre una tragedia, pero no quiso decirme más. Una tarde fría, decidimos investigar.
La casa tiene dos pisos, y si bien las puertas están cerradas, con Javi no tardamos mucho en encontrar un árbol cercano que, como ardillas, trepamos para luego saltar hasta un balcón y abrir la puerta ventana de la habitación principal. La casa todavía conservaba los mubles que la ocuparon, salvo que todos estaban tapados con enormes fundas blancas cubiertas de polvo. En seguida riéndonos de nervios salimos a recorrer la casa. Es inmensa, en planta baja el living, el comedor y la cocina ocupan todo, el piso de arriba, más pequeño, tiene la habitación matrimonial, con un enorme vestidor y baño y un largo pasillo que lleva a otro baño y un cuarto cerrado, el ver la puerta me produjo escalofríos.
- Gonza, veamos ese cuarto.
Con temor pruebo la puerta, felizmente está cerrada.
- Javi, está con llave.
- Déjame ver.
- Mejor vámonos.
Javier me ignora y tomando el picaporte intenta abrirla. Sorprendentemente la puerta se abre unos centímetros, una luz blanca y fuerte y un agradable calor sale de la habitación. Quedo aterrado, le tomo la mano a mi amigo y le digo.
- ¡Javi!, ¿Que es esa luz? ¡Vámonos de acá ya mismo!
Javier titubea, tironeo de su brazo y finalmente lo convenzo de cerrar la puerta.
Salimos asustados corriendo de la casa, pero Javier, cada tanto mira para atrás.
No quisimos decir nada en casa, esa noche en voz baja hablamos del cuarto.
- ¿Que crees Javier?
- Para mi es el cuarto de los niños
- Si pero, ¿Qué era esa luz? ¿Por que no pude abrirla cuando lo intenté?
- No se - Me dice pensativo.
- ¿En que piensas?
- En nada.
- No te creo… no te dio miedo?
- No, al contrario, sentí que quería entrar, como que algo me llamaba, ¿Vamos mañana?
- ¿Estas loco?
- ¡Por favor!
Me quedo mirándolo, realmente no tiene miedo.
- Ok, pero cuando diga “vamos” nos volvemos ¿eh?

Al día siguiente visitamos nuevamente a la casa, por supuesto Javier quiere investigar el cuarto. Lo miro a los ojos, está decidido. Camino con temor por el pasillo, llego frente a la puerta y tomo el picaporte, está tibio, pruebo abrir pero no lo logro, no abre, insisto un par de veces con el mismo resultado, observo que por el ojo de la cerradura sale una fuerte luz, lo miro interrogante.
- Bueno, déjame probar a mí.
- ¿Por que necesitas hacer esto?.
- Creo que se lo que hay en el cuarto.
- Javi, me estas asustando.
Javier, acciona el picaporte y nuevamente la puerta cede, al abrirse una fuerte luz se filtra al pasillo. Javi se dispone a entrar. Lo tomo del brazo y parado en el pasillo abrazado al vano de la puerta le digo:
- Ni loco te dejo entrar.
- Bueno, déjame asomar un poco
- No pienso soltarte
- Ok - me replica y tomado de mi mano se asoma al cuarto.
No puedo ver el interior del cuarto, el brillo de la luz me ciega. La mano de Javier tiembla, siento que su respiración se agita y de pronto dice.
- ¿Mamá?
El miedo me inunda, tironeo del brazo con fuerza pero Javier no se mueve.
Escucho que murmura palabras pero no alcanzo a distinguir que dice. Al cabo de unos minutos escucho claramente:
- Si mamá, ya vengo.
Se vuelve a mí, sus ojos están llenos de lágrimas de felicidad, me dice:
- ¡Gonzalo, la he encontrado!
- Si Javi, te escuché.
- Voy con ella.
Yo también estoy llorando, supe todo en un instante.
- ¿Es lo que quieres?
- ¡Si, amigo!.
- Te extrañaré.
- Yo también, siempre fuiste mi único y mejor amigo.
- ¡Te quiero mucho Javi!.
- ¡Yo también Gonza, ya sabes donde buscarme!.
Me abraza con fuerza, luego suelta mi mano y se adentra al cuarto. Con tristeza cierro la puerta detrás de el.

Mis padres me hicieron contar la historia unas veinte veces antes de que viniera la policía, nunca me creyeron ni una palabra. Juntos volvimos a la casa, por medio de palancas los oficiales abrieron la puerta principal y corrimos por las escaleras hasta el pasillo y la habitación.
Les tomo más de media hora con una barreta abrir la puerta. Cuando entramos no había luz ni calor. Solo un cuarto de niños que curiosamente no tenía sus muebles enfundados ni había traza alguna de polvo. Parecía un cuarto recién ordenado. La policía buscó por todos lados, luego de un par de horas decidieron abandonar el lugar. Luego de cerrar la puerta del cuarto observo que una luz brillante nuevamente se filtra por la cerradura. Sonrió para mis adentros.
Ha pasado una semana, los familiares de Javier han venido, la policía y mis padres han buscado por todos lados sin resultados positivos. El caso ha tomado trascendencia nacional, la búsqueda se ha trasladado a toda la costa y luego a todo el territorio del pais. Hemos cumplido con todos los requerimientos policiales y de la justicia, pero papá ya debe volver a trabajar. La policía les ha confesado a mis padres que Javier puede haber sido secuestrado. Que estos casos tienen pocas posibilidades de resolverse, no obstante seguirán buscando.
Estamos saliendo de viaje de vuelta a casa, por la ventana del auto observo la casona a lo lejos. Mamá solloza todo el tiempo. Papá serio, me mira cada tanto por el espejo retrovisor. Yo en cambio, se que Javi no está perdido sino todo lo contrario, está con su mamá, además, si quiero, yo se donde buscarlo, pero se que deberé hacerlo solo. Javier es mi mejor amigo, por eso lo deje ir, porque entendí que era lo mejor para el. Para eso son los amigos ¿no?.

Texto agregado el 08-04-2013, y leído por 275 visitantes. (11 votos)


Lectores Opinan
06-06-2013 Uy Musitas, tengo la piel de gallina. Qué cuento más hermoso, humano y profundo. Qué habilidad para manejar la narrativa de esta historia y que sensibilidad desplegada. Estoy maravillada. Ojalá las cosas fueran siempre así. Te abrazo, mi querido Musitas. Y me lo llevo a mi Bio para recomendarlo. SOFIAMA
25-04-2013 Demuestras buen conocimiento del mundo infantil, de sus fantasías y de la inocencia, candor que se tiene a esa edad. Recordando eso de "mi mejor amigo de toda la vida". Así éramos la mayoría. Con gran fantasía como la que tú demuestras en este texto. Mis 5 Enyd
23-04-2013 Una historia bellísima y contada espectacularmente como sabes hacerlo, un placer leerte =D mis cariños dulce-quimera
17-04-2013 brrrr amigo, entre la luz blanca y el tema de la muerte -siempre vigente- haces que se inicie un viaje lleno de aristas, pleno de sensaciones y emociones. Un placer leerte. Un abrazo hermano!!! Cinco aullidos de luz yar
14-04-2013 Un cuento maravilloso, un placer leerlo loretopaz
13-04-2013 si, para eso estan los amigos.... woooow, que relatazo el que he leído... sabiel
09-04-2013 El hilo conductor es seductor. Te atrapa y no te suelta hasta el final. Buena historia amigo. Un abrazo. umbrio
08-04-2013 Me encantó tu cuento, Gustavo glori
08-04-2013 Que buen cuento, atrapa hasta el final. elbritish
08-04-2013 Has conseguido que una historia triste se convierta en algo entrañable y bello. Mis **** senoraosa
08-04-2013 Una historia muy bonita y enternecedora, escrita con sencillez y poesía. ***** simasima
08-04-2013 ¡Qué bella historia! A pesar de la muerte, hay una luz de esperanza que brilla muy clara. ***** girouette-
08-04-2013 Que maravilloso cuento, describes la verdadera amistad de pricipio a fin, te felicito me encantó. Un abrazo ***** sirio
 
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