Hasta una próxima vez,
te odié, pero ahora no puedo,
no puedo odiarte, sin despedirme antes,
yo me quedo por el momento,
sin ganas de ser feliz o de morir.
No te preocupes,
siempre existirán marionetas como tu,
persiguiendo ideologías y revoluciones hasta sistemas en venta.
Pero no creas, hoy todo te lo perdono,
te perdono la miseria en que dejas mi cuerpo,
el amanecer de una batalla no concretada,
te perdono las dudas que dejas en mi pensamiento,
porque se divisa en el oriente políticas eternizadas.
Vete, vete ya, vete sin dejar rastro, sin que nada te importe,
anudando en tu cuello la bufanda de semejante injusticia,
y no voltees hacía atrás, para que no te conviertas en roca y sigas en tu camino de desprecio,
pero antes de irte, déjame algo de ti,
para poder pelear contigo, por si de pronto regresas. |