Cuando el amor se aleja y en otros caminos se detiene, bebe de su placer y ríe mientras estás agonizando, ese amor tan amado te destroza sin contemplación.
Cuando el amor se va, esos caminos que recorre ya no será de tu mano, otra boca y manos entrelazadas le mostraran un sendero nuevo, mientras tu corazón se rompe en mil pedazos. Agonizas de amor, mueres día a día viendo tu destino caer. El adiós tiene que surgir, tiene que llegar para que tu corazón deba comprender que ya no está más, de lo contrario nada podrá salvarte del infierno, del odio, del rencor, del dolor, la pena ira calando profundamente, te convertirás en un desecho de persona, sin descanso por las noches en soledad, sin paz en tu corazón angustiado. Exhausta, cayendo entre juncos y extrañas manos perderás la razón, vagando en los amaneceres con el corazón colmado de tristeza.
Allí, en la blancura de tantas nubes, cegada en llanto, con fuego en las manos, sedienta de venganza. En lenta agonía desataras la furia de los mares, los silencios de los pájaros, la sombría tempestad del corazón no vidente. Ya que esa alma estará ausente en medios de las llamas.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.
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