Lugar: Playa
Tres personajes : Sanna, Harald y mujer joven.
Voz por tel : Matias
Una mujer está caminando por la playa de Lido di Ostia- Italia- esperando una llamada telefónica para concretar la cita en un restaurante costero con un amigo.
Matias - Hola Sanna, teminaré tarde por que tengo trabajo extra. Te aviso cuando finalice, dónde me esperas?
Sanna - No te preocupes Matias. Te espero en un restaurante, dime cual te es más comodo para ti.
Matias - Al que fuimos con tu Harald y mi amigo Miguel la última vez está bien?
Sanna - Si, ese me gustó mucho y estoy casi en la puerta. Alli te espero a las 20:30 ?
Matias - Si. Qué haces ahora?
Sanna - En la playa disfrutando de la caída del sol; me quité los zapatos estoy caminado a orillas del mar mojándose con el agua fresca y frente al Restaurante. Son las 19:15 ahora, en una hora me cruzo y alli te espero.
Martin - Ok, nos vemos más tarde y cuídate no sea cosa que te resfríes con el agua fría. ( se siente una risa-Ja Ja)
< Sanna guarda su teléfono en la cartera y al levantar la vista ve estacionar el automóvil de su enamorado; lo ve bajar y abrirle la puerta a una mujer joven, Charlan en forma intensiva mientras caminan juntos hacia el restaurante, en el que ella concretó la cita. Èl parece no verla.
Sanna toma el tel, le escribe un mensaje comunicándole que ella está frente al restaurante, "Italia", en el que se encontraría más tarde con Matias, un amigo en común
Harald - Bueno, salúdalo < Recibe como respuesta >
< Perpleja ella x la indiferencia queda paralizada mirando como entra la pareja al recinto y se sientan en una mesa junto al ventanal. Al mimsmo tiempo recibe ella una llamada >
Matias - Hola, lo siento pero no llego, tengo mucho trabajo que finalizar todavía. Lo dejamos para mañana?
Sanna - Bueno si, no te preocupes Matias.
< El grito desgarrador de una mujer se escucha a lo lejos, justamente en la puerta del restaurante>
Mujer - Harald, Harald!
Sanna levanta la cabeza y ve a la mujer ir detrás de Harald gritando. Él se aleja rápidamente hacia el automóvil sin volver la vista atrás. Ahora sí la había visto, desde la ventana.
Sanna queda desconcertada; sola en ese lugar con una panorama imponente, un mar arrullador, lágrimas en sus ojos y el corazón roto para siempre.
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