El abuso del embajador.


En Junio de 1849 hace su aparición en Nicaragua el Encargado de Negocios de los Estados Unidos en Centroamérica E.G. Squier; estableciendo su cede en la capital nicaragüense (León).

Luciano Cuadra en la traducción de de la obra de Squier: Nicaragua, sus gentes, sus paisajes y su arqueología; en su página 11 párrafo 2, comenta lo siguiente:
“La circunstancia de haber venido Squier a Nicaragua en los años rapantes de aquella doctrina del “destino manifiesto” de los estados Unidos y de haber observado las posibilidades de colonización que ofrecía Nicaragua, le hizo desear tal vez que este país cayera bajo la influencia directa norteamericana. De ahí que algunos suspicaces hayan supuesto que William Walker hubiera leído la obra de Squier incitándolo su lectura a venirse en son de conquista a Nicaragua. Pero eso es pura conjetura.”

En una de sus “expediciones” arqueológicas viajo a la isla de Momotombito con el “simple” objeto de observar “piedras antiguas” como la llamaban ciertos habitantes de la ciudad capital.

Después de mucho esfuerzo llego este embajador a dicha isla en donde pudo observar un bello ídolo dejado en el camino, por unos hombres que fueron enviados por el cónsul británico, y decidió en ese mismo instante: “Es de mas ordinaria mano de obra que algunos de los otros, pero, estando intacto resolví en el acto llevármelo a los Estados Unidos ” (Nicaragua, sus gentes, sus paisajes y su arqueología, capitulo XI, E. G. Squier ). Sobre dicho ídolo mas adelante lo describe de la siguiente somera descripción: “Sobre su pecho la figura tiene una como lamina, o pieza de armadura, y en su brazo derecho sostiene n escudo. Parece que las entalladuras fueron muy finas, pero el fervor de los primeros cristianos y las mordeduras del tiempo averiaron enormemente la figura que actualmente se encuentra en el Museo de la Smithonian Institution”

Días atrás unos cuantos indígenas nicaragüenses le habían obsequiando 3 o 4 ídolos que eel perfectamente podía disponer de ellos; no así de este ídolo que era y debería ser propiedad de la republica de Nicaragua. Con su pomposo titulo de embajador abuso de la inocencia del indígena nicaragüense pero por la prepotencia hacia el gobierno y el abuso de su autoridad perdimos una verdadera obra pre colonial; que debería de estar en uno de nuestros museos y no en el Smithonian Institution, que E.G. Squier sin escrúpulo decidió que se veria mejor en el país del norte.