El lugar estaba casi vacio, habian muchas mesas pero solo una estaba ocupada por un hombre y una mujer, Mario tomo asiento al otro extremo de ellos.
El lugar tenia un ambiente raro pero apacible, la oscuridad penetraba de una forma muy fuerte por las ventanas y se comia toda sensacion de felicidad que podria haber existido adentro del lugar.
Que va a pedir dijo el mesero con una voz muy seca,era un tipo con una piel muy arrugada y vieja, la vida le debio haber dado una patada muy fuerte en el culo; una botella de whisky contesto Mario.
El silencio habia sido capturado por una absurda cancion de cabaret que salia de una maquina en el bar, hablaba de unos tipos que se odiaban pero tenian el mejor sexo del mundo.
Mario se sirvio un vaso de whisky mientras observaba a la pareja que se encontraba en la mesa que estaba mas alejada a la suya, no podia escuchar su conversacion pero creyo entender lo que acontesia.
Despues de un largo rato de observarles entendio que el amor que sentian los dos era verdadero, no podia consevir como podria existir amor tan puro, el hombre la miraba fijamente mientras unas palabras salian de su boca y hacian que ella desviara su mirada de el timidamente.
Mario no podia evitar mirar la situacion y comenzo a fantasear con ella.
Nunca habia sentido algo asi antes, no podia comprender como dos seres llegaran a encontrarse y por ocaciones llegar a formar un solo ser.
Se enamoro de la situacion, era el amor mas puro que un ser humano podia sentir, era lo que le hacia ser superior a todo y a la ves mas fragil, ni dios podria sentir algo asi.
Mario se paro cuando su botella casi estaba vacia y comenzo a acercarse a la mesa donde estaba concentrada la pureza de la vida misma, la muchacha lloraba mucho y derrepente lanzo una cachetada muy fuerte que llego a darle en la mejilla a su acompañante; Mario se encariño todavia mas con el momento, llego a comprender que el sentimiento que habia ahi era tan real, ellos no dejaban de pelear y el solo podia ver en eso amor, el amor que dios no podia crear, el amor que no podia ser simulado, amor puro, amor que se escondia atras del odio para que sus actores puedan seguir viviendo.
Mario nunca mas pudo sacarse de la cabeza aquella escena, pudo entender que la vida podia ser sensacional.
Desde entonces cuando va por la calle y observa a parejas besandose o dandose caricias le nace imediatamente una repugnacia, un rechazo a la falsedad humana, pero sabe que muy adentro de nosotros se encuentra el amor puro y real.
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