No recuerdo muy bien cuando lo conocí. Tampoco cuando a mi se acoplo. Creo fue en mi bar-mitzva, o por ahí. Eso ahora no importa. En algún sendero estrecho seguramente, o en una fiesta de espejos difusos de algún varieté; probablemente en un combate de mascaras de sociedad, algún prostíbulo quizás?; ahora eso no tiene importancia; ninguna relevancia. Ya esta echo. Además, siempre llevo la sospecha que en mis relatos existen falsos recuerdos de mi imaginación. Recuerdo, esto si lo recuerdo bien, que me impresionaron sus dotes de actor excéntrico, egocéntrico!; su seguridad para decir las cosas mas fantásticas, antípodas, ortodoxas, locas; siempre desubicadas y polémicas; tanta elocuencia de una petulante pedantería hipnótica, elegante; creencia exagerada a todos los cultos quirománticos; perdido hechicero, adorador de la sagrada familia de santa canábis. Toda su personalidad tan personal emana soberbia, arrogante seguridad, de esas que espantan lenguas portadoras de palabras sensibles y sensatas ponderadas por el juicio de la inteligencia. Recuerdo también el momento que mi padre, el rey, me regalo las tierras y sus comarcas con todo lo que en ellas hay y mando recorrerlas para conocerme; entonces, el se convirtió en mi héroe.
El es el que me enseñó las malas palabras, los naipes, el cigarrillo, el reino del alcohol, las infinitas noches, las mujeres de equivocada vida, los caminos por donde nadie anda, una realidad que te aleja de todo pensamiento, y algunas otras drogas más que mejor no hablar. El es el que me convence de preferir tener una epidermis de verruga antes que un dolor de muelas. Andar por las ciudades con el es…, se cree,… con toda su altanería de buen político, todo un peatón afrodisiaco; sus apariciones espontaneas en los lugares menos inesperados, sus proezas suburbanas, en los baños, en mi cama!. Yo soy un tipo tranquilo, normal, tratando de pasar desapercibido por esta vida, honrando, como todo mundo, lo que se debe hacer. Pero el…, el tiene cada ocurrencia! No puede cerrar su boca de profeta enfermo, bíblico o sagrado energúmeno. Por el conocí la extensa mano de la razón en la justicia, los antípodas, los calabozos! Y en distintas ciudades, países, continentes! Suerte que todas las leyes son, y en cualquier parte, jergas comerciales. Por el se de batallas sangrientas y que cosa es matar. En su conciencia habitan los recuerdos que nunca olvida la conciencia. Por el me retiraron los papeles que adjudican inteligencia, mis tesis de las grandes bibliotecas degradaron públicamente, mi nombre en ninguna terna de profesores figura ya, el facebloof me rechaza, hasta del google me borraron!! Soy hoy, y gracias a el, un fantasma que lo recuerdo cuando atiendo el teléfono y preguntan por el, o alguien lo nombra en algún trabajo, o lo saludan cuando camino por las calles, o entre la población de bares preguntan quien es, o reconozco su firma en alguna obra, o leo su nombre rubricado en el membrete de alguna carta que llega, por cierto, ninguna de amor.
Si, cierto es que tenemos en común ciertas cosas: el mismo gusto por la música, la pintura, la lectura, la mujer y algunas otras cosas mas. No me cuesta confesar, en absoluto, que llevo varios logros en algunas paginas de mi vida y varias glorias gracias a el. Me gustan los relojes de arenas, los mapas antiguos, los caminos escondidos, bifurcados, las puertas, lo oculto a mis ojos, la mística, la etimología, el café, el intelecto de una hembra alzada, andar suelto, pensar en nada y algunas otras tantas cosas mas. Compartimos, si, hace años que trato de liberarme de el sin éxito, como pueden comprobar, el mismo numero de documentos, de hijos y su amor, de títulos, de causas perdidas, de deudas, de nombres, de apodos, de dirección, de almohada, de dientes, de robos, de abrazos, de antena testicular, la mágica brújula que nos guía en este magnifico y maravilloso caos que jugamos y algunos denominamos vida, confusas aventuras, algunos desconocidos paraísos y otras tantas cosas mas…
Definitivamente, estoy destinado a perderme, a desaparecer; solo un instante de mi prevalecerá en el si es que algo soy. No puedo decir que mi vida con el es el jardín del edén, mas bien, una blenorragia de placer nuestra convivencia. Yo jugaba con las mitologías, y el con el tiempo y lo infinito. Mis escritos, mis pinturas, mis juegos y mis amores ya no me pertenecen, son de el. Mi vida es una fuga constante que todo lo pierde, todo es del olvido, de el. Tengo que inventar algo nuevo para subsistir. Inclusive, sabiendo de su perversa costumbre vanidosa de falsear y magnificar las cosas, de su total desproporción en modestias, le estoy cediendo todo mi terreno. No entiendo el porqué; me reservo esa pregunta para cuando llegue a ese lugar donde todos nos dirigimos pero, a pesar de todo esto, y mucho mas que para que decir, creo que…hoy…ahora… cada vez lo quiero mas!
Ni idea cual de nosotros escribe estas letras tan confusas!!
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