"Llévame donde mi cuerpo no tiemble jamas,
háblame, que tu voz me hace respirar."
S. Hernandez





Voy a dejar que muera la tarde,
mientras un cielo dual prepara
al sol cuando cae,
también tú te irás…

Me voy preparando para
recibir a la soledad de una noche
que me abrazara con su oscuridad
destellos de luna, pasiva;

y compasiva lamerá
la orilla de un mar triste que parece
llorar, intoxicado de tanto sentir,
soy yo quien en realidad se pierde.

Existen sueños donde visualizo
alucinaciones amorfas atrapadas
en arterias repletas de ansiedades,
amaneceres centrífugos; repletos de frio…

Gritos y demonios entre los pasillos
componen estructuras, sustancias melódicas
que mi sangre asimila por osmosis de metal
que creo generan esta nostalgia que no se va,


que infecta las moléculas
hasta evaporar los huesos,
las ilusiones las realidades ausentes
anhelando la forma de alguna geometría oxidada,

olvidada…