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EL ACCIDENTE

Con delicadeza fue barrida la ultima hoja seca del pulido mármol, un pulcro recipiente de cristal fue colocado en sustitución del sucio y manchado por los residuos de las flores marchitas y el agua al evaporarse. Flores nuevas, de variados colores y suaves perfumes fueron instaladas en un limpio jarrón que con gentileza fue colocado en la cabecera de la tapia rectangular que cubría los restos de Rosana. Con sus cansados dedos recorrió las letras grabadas en el oscuro mármol que, con su blanco color de fondo, resaltaban al sol de aquella limpia mañana de domingo.

ROSANA TORRES PEREZ
14 DE ENERO DE 1954
20 DE MAYO DE 1981

A LA MUJER QUE MAS AME

RECUERDOS DE RAFAEL LOPEZ

Con cansado esfuerzo se incorporo de la posición de rodillas en que estaba y con esmero trato de borrar las huellas que había dejado en la, bien cuidada, franja de césped que servia de marco a la pulimentada y pulcra sepultura.
– Veinte y cinco años ya han pasado del trágico accidente ¡ Dios..! Aun siento su aroma , escucho el eco de su voz y me estremezco al creer percibir el roce de su piel – Se decía Rafael,viejo ya a sus cincuenta y nueve, mientras con cansado paso se movía por aquellas estrechas callejuelas empedradas, rodeadas de lapidas,cruces y monumentos , dirigiéndose a la salida del cementerio. – Dios nos creo para que nos amaramos pero no nos dio mucho tiempo para que viviéramos juntos y todavía,con una distancia de veinte y cinco años no me quita el deseo de amarla; a veces Dios nos pone pruebas difíciles de superar.
Traspuso el alto y enrejado portón que guardaba la entrada al viejo camposanto y acompañado con nostálgicos y melancólicos pensamientos atravesó indiferente la ciudad, que comenzaba a desadormecerse, llegando al descuidado edificio de cuatro plantas donde vivía. En la gran puerta de la entrada se topo con Marcela, la conserje, mujer de unos cuarenta y ocho años, alta, delgada, de pelo largo, espeso y de un natural color gris acerado . La mujer vivía sola con su hijo, que había nacido con un marcado atraso mental pero de carácter noble y pasivo . Rafael conocía a Marcela, hija del señor Francisco Quesada, conserje del edificio, hacia ya casi treinta años cuando ella estaba esperando a aquel su único hijo .

– ¿ Viene usted del cementerio.? – Pregunto la mujer al ver entrar a Rafael.
– Si, estuve un rato con ella. – Contesto con ese tono de desgano que impone la apatía .
– Seguramente no ha almorzado. Le llevare un sabroso asado que hice hoy – Le dijo Marcela con aquel aire maternal que siempre adoptaba cuando hablaba con El.
Rafael siempre pensó que Marcela le guardaba un secreto amor y aunque la mujer nunca fue fea no tubo tiempo de fijarse en ella por el embrujo que en su voluntad ejercía Rosana. Ante ella cualquier barrera era destruida por que su amor, como El lo concebía, dulce, sosegado, egoísta, lleno de ternura,sexualidad,ansiedad ,celos, dolor ; basado en mutuos afectos, confianza, respeto y sobre todo lealtad no, no podía ser destruido por nada ni por nadie, Con el disfrute del amor de Rosana se sintio realizado y su vanidad satisfecha. Aun hoy no sentía atracción por otra mujer, incluso la conserje la que aun conservaba cierta lozania quizas a sus muchos años de continencia.
Después del accidente Marcela con aire misterioso trataba de decirle algo que expresaba con miradas y ademanes corteses y, en varias ocasiones, se vislumbro en ella el deseo de entregarle algo que Rafael no podía adivinar pero que sospechaba era la declaración de su velado amor. Otras veces imagino que era algún objeto por el pequeño tamaño del envoltorio que llevaba en sus manos y que al parecer siempre era el mismo.

– ¿ Se puede..? – Dijo la mujer al punto que empujaba la maltrecha puerta de madera mal pintada que franqueaba la entrada del oscuro y desarreglado cuartucho donde vivía Rafael
–¡ Adelante ! – Se escucho la voz del hombre
– Mire; su asado. Esta calentito , ¡ comaselo ya ! – Dijo Marcela con el cariñoso tono con el que siempre lo trataba , tono que se confundía entre el sentimiento de un gran amor o una infinita lastima, o ambos a la vez. Se podría decir que la mujer sufría de celos de el amor que aquel hombre aun sentía por la difunta, como si ese amor se estuviera dilapidando en una causa perdida.
– Gracias Marcela, en realidad necesitaba comer algo caliente y consistente..
– Debe usted cuidarse un poco – dijo mientras vestía una parte de la mesa con un viejo y raído mantel de cuadros rojos y blancos , colocando el plato humeante encima y corriendo una silla .
– ¿ Y su hijo; como esta? – Pregunto para disimular la pesadumbre que le causaba el ver a la mujer colmandole de atenciones y cuidados, cosa esta que ella siempre hacia con un visible placer.
– Tatico esta bien.. usted sabe, con sus cosas. Ayer se me escapo y salio a la calle, ¡ Pase un susto tremendo..! pero, con tan buena suerte que el vecino del fondo le vio y me aviso. – Dijo mientras se inclinaba a recoger un pequeño gancho que sujetaba su larga cabellera, Rafael no pudo impedir que su mirada se posara en el nacimiento de los blancos y firmes pechos de la mujer y por primera vez en tanto tiempo sintió la acometida del olvidado deseo . ¡ No !, no podía dejar que un impulso manchara el recuerdo del amor que sentía por Rosana . No podía traicionar, faltarle el respeto a quien tanto amo y menos con una amiga a la que ambos querían. Fue Marcela la ultima que la vio en vida aquel fatídico día. Fue ella la que le acompaño,sentada a su lado, en el funeral, la que camino junto a El detrás del ataúd , fue en sus hombros donde recostó su atribulada cabeza ; en los hombros de aquella mujer que ahora había mirado con lascivia .
– ¡ Marcela ! – Le llamo de forma imperativa, como para borrar cualquier huella del lujurioso pensamiento . Ahora le exigiría que le confesara el porque de sus intrigantes intentos de comunicarle o entregarle un objeto que ,en varias ocasiones, llevaba en sus manos y que siempre terminaba ocultando. Si era lo que El pensaba con la mas exquisita delicadeza le diría de lo imposible de tener relaciones entre ellos, El nunca podría amarla , ¡ Nunca podría amar a ninguna mujer..! – Marcela – repitió con calmada voz – Se que tienes algo que decirme o algo que entregarme, lo se de mucho tiempo ese asunto me ha mantenido intrigado. Lo pensabas ya en el sepelio, después te has acercado a mi con ocultas intenciones y con la pequeña caja, siempre la misma...
La mujer le miro profundamente, bajo la mirada por unos segundos y como si hubiera estado esperando aquella orden metió la mano en uno de los amplios bolsillos de su delantal y le mostró una pequeña y gastada cajita forrada en terciopelo negro.
– ¿ Es esto lo que has visto..? – Dijo al punto que le ofrecía el pequeño cofre.
La rápida reacción de la conserje tomo por sorpresa a Rafael, quien con nervioso ademan tomo la cajita que le ofrecía la mujer .
– Abrala – le ordeno – Es para usted.
Intrigado abrio el cofrecito y saco una esmeralda oval engastada en un anillo de oro blanco .
– ¡ El anillo que le regale en su cumpleaños..! – De sus ojos brotaron lagrimas de dolor .
– Ella me lo entrego para usted el día del accidente. – Dijo apenada Marcela posando su mano delicadamente en el hombro de El .
Rafael extrajo un amarillento papel de periódico.

Diario La Prensa
Jueves 21 de Mayo de 1981

Ayer miércoles 20 en el barrio de Cruz Verde
fue atropellada la señorita Rosana Torres Morera
de 27 años natural de N..... por un auto conducido
por un chófer que se dio a la fuga .
Fue declarada muerta en el Hospital Regional donde la
llevo el servicio de rescate de esta ciudad.
Se le pide a la ciudadanía si tiene alguna información
se la comuniquen a la oficina de Policía Nacional.

La nota periodística incluía una foto de la mujer, aun tirada y sin cubrir, en la calle donde ocurrió el accidente . Rafael sollozaba ininterrumpidamente. Marcela le alcanzo un vaso con agua y le ayudo a que bebiera.
En el fondo del cofrecillo doblado y vuelto a doblar innumerables veces, un pedazo de hoja rasgada en sus puntas y casi ya ilegible . Nerviosamente y con sumo cuidado desdoblo el frágil papel , endurecido por los años.
– ¡ Escrito por su puño y letra …! – Observo Rafael, al ver los conocidos rasgos de las letras. – Una carta de ella, de la dueña de mi corazón y de mi vida . – Con los ojos cerrados vio de nuevo la clara imagen de Rosana, sintió el suave contacto de su piel , su aroma. Se miro en sus claros y soñadores ojos, sintió sus pulposos labios , oyó su risa , disfruto de su voluptuosidad dulce y sosegada, de su afecto, de su respeto , de su confianza ; de su lealtad.

Mayo 20 de 1981

Rafael
Yo se del amor que sientes por mi pero no puedo continuar con esta falsa .
Amo a otro hombre con un deseo y una pasión insospechada .
Por ti siento un gran aprecio, nada mas que eso, eres un buen hombre y no mereces
que continué engañándote . He decidido marcharme con El , me voy de la ciudad
quiza al extranjero donde tengo, ademas, un futuro de promesas y triunfos que aquí
y a tu lado jamas podre obtener en la pobreza en que vivimos .
Te dejo el anillo que me regalaste no quiero recuerdos de sacrificios pasados.
Adiós.
Rosana

Rafael fijo la vista en un lugar distante....perdido,observando a seres invisibles solo captados por personas que como El entraban en una perdida e insospechada dimensión
Marcela rompió a llorar.

Texto agregado el 02-04-2013, y leído por 113 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
05-04-2013 Relatas con una exquisitez que nos hace vivir las escenas de una historia como si la viviéramos. elpinero
02-04-2013 Estimado amigo aunque intuí el final, quiero decirte que me gustó mucho tu relato. Las personas vemos lo que queremos ver. Así también por no hacer daño no se dicen las cosas a tiempo. Carmen-Valdes
 
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