Cuentan los hombres dignos de fe o un poeta-pero siempre hay algun dios que sabe mas- que en los primeros dias hubo un Rey que congrego a todos sus magos, hechiceros y arquitectos y mando construir un gran laberinto. Dice el poeta que era tan perplejo y sutil que los varones mas varones, o mas prudentes, no se aventuraban a entrar, y el que entro, todavia esta ahi, perdido. Dicen los hombres de fe o el poeta cuenta que ellos dicen,que la confucion y maravillas son operaciones propias de Dios, y no de los hombres. Corredores iluminados por una nada, puertas en bronce, escaleras que suben, o bajan, espejos dorados, lineas curvas que parecen rectas,toda una compleja arquitectura en piedras desconocidas, cristales de fantasia, flora y fauna mitologica. Cuenta este hombre del color de la noche que solo un hombre, despues de implorar socorro divino, dio con la puerta de ese magnifico laberinto guiado por esta bestia del color del sol y el trigo que se recorta como efinge ahora mismo, en el mas puro azul del cielo sobre esta duna de arenas infinitas. Es por esto que nos aventuramos a este gran laberinto donde el arquitecto del Universo no construyo escaleras, ni puertas que forzar, ni escaleras, o fatigosas galerias recorres, siquiera muros que veden el paso en este inmenso desierto donde me encuentro junto al hechicero del color de la noche y a una mujer con los colores de las flores, siguiendole el rastro al leon de estas arenas sin fin, unico guia hacia la puerta.
Cuentan los hombres dignos de fe, los de ciencia, los sabios, y todos los que dicen que saben, que esta bestia dorada es mitologica, o se extinguio desde hace mucho tiempo de estas zonas sin vida; pero siempre hay algun Dios, o algun ser invisible con los colores de los dias, que sabe mas.
J.A.G. (c) |