HORTENSIAS Desde sus quince años mi hija insistía con la misma cantinela: “Papá, si no sacás del jardín esas hortensias nunca me voy a casar.” Sin embargo, en pocos años conoció un buen muchacho y se casó feliz. Yo no sé cómo aquella vez pudo angustiarse con esas estúpidas creencias. Sería como si yo ahora pensara que esas hermosas plantas se secaron de pronto, porque ese mismo día su marido entró por primera vez a casa como novio definitivo.
Texto agregado el 28-03-2013, y leído por 228 visitantes. (5 votos)