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El agujero de la vida.




En esa tarde de enero, ya habíamos vuelto de la colonia hacia más de una hora.
Mamá aún no había regresado de la casa de la abuela, en Núñez y que por ser hoy martes, ella siempre visitaba
Mi hermano Oscar aun no había llegado desde que supo irse poco tiempo después que papá salió para trabajar, y nosotros, tomásemos el micro que nos llevaba al parque Sarmiento donde estaba la colonia.
Allí en ese lugar y consecutivamente desde hacía mas de dos años a fines de diciembre mi padre y con el auspicio de un amigo en común, nos permitía permanecer casi tres meses en ella casi sin pagar nada, a solo condición…
Que en las elecciones votásemos a su protegido, o mas bien mi padre le entregase, la libreta de votación en la noche previa a las elecciones.
César estaba escuchando música como lo hacia siempre, él se había resistido a ir a la colonia,estndo la mayor parte del día en la terraza y por ello no se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo, pues el frente de la terraza era alto y sin vista a la calle.
Mi hermana que se encontraba junto a mí jugando con una muñeca, hizo un gesto desusado poniéndose una mano en la boca calló un grito de asombro.
Yo de alguna manera también me sorprendí.
Lo que veíamos no era para nada normal.

Solo recién de un rato, nos compusimos del susto y analizamos sus movimientos.
Le vimos llegar a papá.
Rompía llegando tan temprano un esquema de más de diez años, sin hacerlo.
Pero si ello fuese ya no fuese una novedad, lo más trascendentemente fue verlo con un paquete grande de color rojo que traía entre sus dos manos.
Por la forma (de cono) supusimos un tiempo después de su boca, que era un gran helado, el mayor que nos compró en la esquina de Congreso y Quesada.
Nos saludo como siempre con su hola arratrando las palabras y lento, a nuestra mirada de asombro, agregando respondió:
¨ venga rápido ¨.
Que se va a derretir, el helado.
Además diriguiendose a mi hermana, le dijo
avísales a tus otros dos hermanos si están.

Mientras mi hermana corrió a buscar a César el único que estaba, él me tocó el pelo y yo le tomé su mano en el poco espacio que había entre la calle y la entrada al patio de casa, allí tiro casi al descuido su guardapolvo de trabajo envuelto en papel madera, preguntó por mamá y nos sentamos los cuatro en las sillas de paja en derredor de la cocina.
Sirvió lo más razonablemente posible el helado a nuestros gustos, reservando un poco para mamá y otro para Oscar.
Nos sentamos y todos en silencio cominos el helado, que al poco tiempo solo quedaba el cono ridículamente vació en medio de la mesa, un tanto después mi hermana se levantó para ir al baño Cesar, le dijo me voy al club.
Y yo quedé junto a él, en silencio.
Me miró, preguntó por mis cosas
Lo que hacia en la colonia, lo que mas me gustaba, se rió de algunos cometarios míos y decidió a un tiempo que él considero necesario, decirme:

Perdóname, hoy fue un mal día para mí, demasiado malo es por ello que quiero irme a dormir, decile a mamá cuando regrese que me despierte, para la cena.
Había en papá hoy demasiadas cosas que jamás hubiese pensado que hubiere hecho:
Primero comprar el helado en un día de semana
Segundo ocuparse de mis cosas, prestarme atención mis comentarios y hasta riese de mis observaciones de los profesores.
Además llegar tan temprano.


Mamá terminaba de preparar la mesa, hacia más de tres hora que papá había llegado desde que mamá preparó el pollo con arroz.
Había traído dos pollos, de los cuales uno y medio, empleó en la comida más que seguro regalo de la abuela, que sabía de nuestras dificultades económicas desde que la empresa que papá trabajaba, estaba en convocatoria de quiebra.

Los italianos dejaron de ver un trabajo lucrativo en el país y después de casi veinte años los hijos de los fundadores, se llevaron todo.
Lo que quedo ahora, embargado por un banco, seria el costo de la operación de financiar los pocos trabajos encargados por los antiguos clientes.
Ya no había horas extras ni aumentos de sueldo
Papá como era el mas viejo, le tuvieron en cuenta además sabían los gerentes que estábamos pagando en cuotas una casa que por una plan de indexación nos estaba comiendo los ingreso de mi padre aun trabajando.
Lo sabían pero no hicieron nada a la hora de actuar en su bemneficio.
César anda a despertar a tu padre, decile que ya está la comida.

Al rato llegó papá, cuando ya todos estamos comiendo, menos Oscar que aun no había regresado de la casa de la novia.
Papá preguntó por el:

Y viejo, ya sabes esta en lo Estela, esta vez parece que va en serio la cosa.
Sonrió, papá.
Lo vi hacerlo tan natural, que hasta mamá le llamó la atención, a su vez sonriendo.
Viejo, los chicos me dijeron que llegaste temprano, además trajiste helado.
Bueno se ve que estamos por festejar algo, aseverando esto algo nerviosa.
Se le notó en su risa.
Es cierto tenemos que festejar, algo:

Bien exclamo mi hermana, y yo le miré muy serio.
El también lo hizo.
Nos miramos y no se porque a partir de esa noche, me comprometí con sus ideas hasta me pareció ver en él, que me permitía leer sus intenciones.
Entonces, yo miré al suelo.
Los demás reían y hasta mamá se animó a decirle
¿Es por un aumento, no?
No, le dijo papá
¡Ah, si claro!
Seguro, viejo
¿Te dieron el puesto de Román?
Sabia que ese puesto era para vos, ese idiota se fue al interior, me lo dijo su mujer el otro día cuando llamó.
A Catamarca, le respondió mi padre.
Si claro allí, viejo.
A trabajar junto a su hermano.
No tampoco es por ello.
Bueno déjate de tantos misterios, y decirnos de una vez.
Bueno dijo mi padre mirándome seriamente:

Me despidieron.

Se hizo un silencio atroz.
Mamá dejó de comer, y Oscar que llegaba de la calle no alcanzó a saludar, solo se dejó caer en la silla.
César, le miró a papá, esperando que dijese que ello era una mentira…
Es una joda viejo, agregó Oscar cuando tomó sentido de la realidad.
Yo seguí mirando el suelo ridículamente.
Y me hermana se fue a su pieza sin decir nada.
No viejo no puede ser, estamos fritos dijo mamá.
Que fritos mamá, cagados le dijo Oscar.

Cagados de por vida en este puto país.

No decime que no es posible…volvió a hacer la misma pregunta la mujer, pero ya mas afligida.
Pero si el gerente nos decía que eso sería recién el año que viene.
Estamos en febrero, que hacemos no hemos pagado menos de la mitad, al banco
Febrero además el país parado, de vacaciones
Y nosotros también dijo Oscar, pera unas eternas vacaciones.


Papá esbozó un descargo pero era parcial ni el sabia porque fue, terminó diciéndoles que
En las primeras horas de la mañana los gerentes del banco se juntaron a los directivos de la empresa y el delegado Juan.
Después de una hora de discusiones algunos firmaron el retiro voluntario o les daban la posibilidad de encarar un juicio a larga data,
pero que de un modo o el otro se debían retirar ese día de la empresa.
O despedidos o
por retito voluntario.

A los que aceptaron como yo, les adjudicaron un dinero, que era el salario de quince meses sin descuentos.
La gestión fue emprendida por el mismo banco y el delegado zonal, ya que la entidad bancaria que en diciembre vendía las instalaciones completas, y el terreno le fuera adjudicado a una empresa que sería una constructora, pantalla del banco
Además el banco también se encargaría de la venta y financiado de los futuros departamentos.
Negocio redondo.

Los que se fueron como éste idiota temeroso de iniciar un jucio, que seríamos cuarenta de cincuenta empleados, eran en su mayoría casi los que habían creados junto a los dueños la empresa

Los dueños ahora en Italia en un emprendimiento comercial nuevo en un país seguro.
Los empleados en la terrible experiencia de los desocupados en la Argentina, o sea la muerte a plazos fijos.

Dos dramas
Dos caras y en el medio:
Las familias, pero:
CON SUS HIJOS.

Abril, en sus inicios fue lluvioso para terminar siendo todo el mes destemplados, algunos días de calor y otros ventosos.
Ya eran mas los días tibios a fríos que los que al sol aun se podía estar sin un pulóver.
Oscar aun seguía con Estela pero ella nada sabia del drama que se estaba desarrollaba en nuestra casa, de saberlos les podía haber prestado algún tipo de ayuda ya que el padre era un rico comerciante en el campo automotor de la calle Warnes
Oscar había dejado de ir la facultad, a modo de compartir los gastos de la casa, él se privada de hasta lo esencial, para seguir saliendo con Estela, pero ya no podía mas.
Empezo a contratarse:
Empezaba desde la mañana a buscar trabajo pero por mas que lo quisiere y aun teniendo la edad la cola delante de él era de cientos, y algunos con experiencia y llegaba por la tarde vencido.

César seguía en la secundaria, se había anotado junto a mi hermana y yo en la del estado que quedaba en Mañuela Pedraza.
El guardapolvo era el mismo del año pasado el de mi hermana y el mío prestados por la vecina de enfrente de uno de sus sobrinos que habian vcrecido, yo no crecia demasiado segun mamá lo que le daba la oportunidad de usar ropa de esa familia, que estaba casi nueva.

Mamá, ya no visitaba con tanta asiduidad a mi abuela
Fue desde que se enteró la abuela del despido de papá y un día, cercano ya el mes de mayo, ella llegó a casa trayendo un montón de cosas, entre ella comida y golocinas.

Se oyeron ese sábado, cuando llegó la abuela risas y gritos de alegría, pero a la tarde después del almuerzo, se escucharon las más horrenda barbaridades, de parte de mi abuela
Lo hizo cuando mi padre se fue a dormir como siempre o como desde que lo despidieron.

En cierta medida yo a ella esa tarde le dejé de quererle, un tanto
Había insultado a mi padre sin que él estuviese presente diciéndoselo a mi madre y a mi que era él un vago, un inútil.
Vago, ese es un vago como toda su gentuza que lo cuidó tanto tiempo y la madre que lo parió

Fracasado, serlo en un país que carecía de trabajo hasta para lo mas elemental, era como sancionar a un soldado por matar al enemigo por su pais, además se ve que en esa aseveración ella se desquitó de tiempos pasados
Sencillamente lo sacó de muy de adentro.
Le posó factura por unas tantas mas cosas a él y su familia a ella le hubiesen hecho.
Al final de aquel sábado, las cosas con la familia de mi madre de ninguna manera quedaron iguales

Al tiempo por el mes de junio, ya casi nadie de nosotros hablaba, de mi abuela
Habían pasado más de cinco meses desde que lo despidieron a papá, y ya entradas las vacaciones de invierno, todos nosotros nos encontrábamos muy diferente.

Mamá había conseguido trabajar por horas en las casa de las vecinas,
Papá definitivamente dormía todo el día
Oscar había cortado, las relaciones con Estela.

Fue cuando una tarde por error o descuido de mí hermana se enteró de las cosas que pasaban en casa.
Le oímos decir, a ella llorando
!Oscar me lo hubiese comentado!,

Algo mi padre, hubiese podido hacer por vos y por tu padre.

Oscar no le contestó y a la semana ya no hablo más de ella.
Nunca más.

Cesar estaba imposible en la escuela y en varias oportunidades mi padre fue a calmar a la directora que le había puesto un plazo a la estadía de él en la escuela.
Un acto más de indisciplina.

Agosto nos encontró ahorrando gas y con un aviso del banco que debíamos cinco cuatas y un vencimiento de adelanto de junio.
Imposible pagar esto le oímos decir a mamá una noche cuando terminaban de apagar el televisor
Debemos tanto que ni dos despidos voluntarios alcanzarían a pagar todo.
¡Es mejor viejo, que mañana vayas al banco!
Háblales, llora no se.
¿Algo hace, no creo que nos dejen en la calle?

Ese lunes papá amaneció mal, pero el martes me llamó temprano.
Hoy no vayas al cole, vení vamos a ir al centro muy ceca del cabildo.
Tomamos el colectivo cerca de las diez, y viajamos por mas de media hora, llegamos al centro a la plaza de mayo, en el trayecto mi padre me fue describiendo los barrios y sus costumbres, no se pero creo que fue una mañana hermosa para mi porque él se le notaba contento y yo estaba orgulloso de que mi padre supiera tantas cosas.
Fuimos al banco que estaba en una esquina enfrente de la casa rosada.
Subimos al quinto piso y mi padre espero que le llamaran por mas de dos horas, al final muy cerca de las dos de la tarde, una señora se acercó y llevándome con el permiso de papá a un pequeño bar donde me dieron café con leche y facturas, mientras mi padre entraba a una oficina.
Lo espere sentado después de tomar ese desayuno, un rato al tiempo me dormí
El me despertó y para ello debía haber pasado más de dos horas.
Bajamos y me contó tantas historias de esa plaza.
En el viaje de vuelta tomamos el subterráneo y un colectivo.
El estaba serio, más que de costumbre casi no me hablo.
Al entrar en casa, se quedo un rato en el comedor, revisando unos papeles.
Mi hermana estaba en lo de una amiga, Oscar durmiendo y mamá aun sin llegar
Papá, dijo Cesar al verlo:
Me echaron del colegio por culpa de una pendeja que se quejó a la directora, ella quiere que mañana vayas,
¡No me pegues!
No hijo no te preocupes.
Le mire bien a papá y creí descubrir en sus ojos lagrimas,
Las primeras que le noté en vida a mi padre.
Además, no se si podremos seguir en este barrio
Y con ésta casa


La solución del banco fue muy exigua para nosotros y demasiado buena para ellos.
Nos daban el cuarenta por ciento de la deuda en plata y nos desalojaban en tres meses
En cuanto se liberase la acción judicial de embargo del juzgado y la empresa pusiese el costo del juicio, que mi padre había por supuesto pagado al aceptar el acuerdo
Una compañía otra vez, los bancos, que le compraba los juicios a los morosos.
Deberíamos dejar la casa en diciembre, en los primeros días antes de la feria judicial, sino la oferta era del veinte por ciento en marzo.
Una noche del trece de diciembre, cuando todos dormían en el barrio papá cerró la casa por última vez y le entregó la llave a un señor que le dio la mano y que apenas intercambiaron algunas palabras, nosotros lo vimos todo apiñados en dos camionetas nos llevamos lo poco que allí nos serviría lo demás lo fuimos perdiendo en ventas de ocasión, que nos sumó algo mas de dinero para la mudanza y otras cosas.
Un señor atento pero muy serio, nos saludo y subió a un coche con el logo de un banco, el mismo que habíamos ido con papá aquella mañana hace ya tanto tiempo, se fue por Quesada hacia Congreso, nosotros esperamos a papá, y salimos por Roque Pérez hacia la avenida la Gral. Paz y de ahí hasta Moreno



El principio de la nada o la nada propiamente dicha.

El terreno, lo había comprado a sabiendas de todos menos mi hermana y yo, papá y Oscar
Fue a fines de noviembre, en donde ellos parecieron haber terminado sus enconos silenciosos y aun no declarados.
Fueron casi dos semanas que salían de mañana y regresaban muy de noche, apenas en esa época los veíamos y los tres nos pasábamos casi todo el día solo, ya que mamá salía temprano regresando casi a la noche.
Insumía esa operación de comprar la casa en un barrio muy humilde, una mitad de lo que el banco nos había pagado, y además nos daba el suficiente dinero como para agrandar la casilla que venia con el terreno, una del estilo Tarzan o prefabricas con algo de corrugado y lajas en techo algunas de ella ya rotas
El baño cuatro paneles de madera gruesa con un pecho en dos aguas, estaba retirado lo prudencial como para que se ventilase lo suficiente en caso de que rebalsase la napa

La almacén mas cercana a dos cuadras el dispensario medico, a quince el vecino a menos de cuarenta metros y la luz, bueno papá aprendió a robarla.
Oscar aprendió otras cosas, además de robar la luz.
Mamá no se resignaba a esa casa.
Mi hermana le daba vergüenza saber que ahora, vivíamos en una villa miseria.


En marzo empezaron los problemas, en casa de mis padres.
César no pudo concurrir a la escuela industrial de Moreno porque no consiguió vacante, y después de mucho andar, mamá le consiguió una relativamente cerca, en Morón.
Le insumía casi dos horas el ir y venir y cuando tenía una materia que se llamaba (taller) pasaba gran parte del día afuera de casa, sin el control de nadie.
Oscar decididamente había de cambia, pero para mal

Empezó a desentenderse con papá por cualquier ridiculez, en principio por la falta de tal o cual cosa, o el poco esfuerzo puesto en algo fueron las causas de que las discusiones empezaron a subir, de nivel
Apareció por primera vez, la falta de respecto de Oscar hacia mi padre.
Es que mamá ya no estaba en casi todo el día, y nadie le contenía
Mi padre que en esa época se dedicaba la mayor parte del día a reparar las cosas e iniciar la construcción de dos cuartos mas de ladrillos, solía encerrarse en un mutismo que nos preocupaba
Cuando discutía ya a diario con Oscar
Se le veía ahora abatido y solo me hablaba a mí, pero ello en contadas ocasiones.
A mi hermana que la mayor parte del tiempo se encontraba escuchando música en una radio.
Ésta radio la había conseguido mi hermano Oscar
Él la trajo pero jamás nos lo explicó como la había adquirido y con que plata.
Un día para el cumpleaño de mi hermana se la regaló y ella desde ese día solía escucharla a un nivel muy alto, para no escuchar las constantes peleas que se sucedían ya en casa o al menos eso nos decía a los constantes pedidos y suplicas para que la bajase
Era una buena excusa, la que esgrimía.
Había abandonado los estudios, secundarios dedicándose en casa a cocinarlos, y hasta lavar la ropa, en los fondos de casa
Ese fue un motivo, me dije para que ahora en esa parte, el nivel del terreno empezase a desnivelarse
Si uno fijase la atención, hubiese notado un pequeño declive, como si se empezase a hundir la tierra de ese lado.
¡Es porque se esta asentando la tierra, hijo!, me dijo mi padre
Pero un día él también lo notó que aumentaba
Seguro que estos terrenos baratos son o fueron el relleno sanitario del partido, se dijo para sí.
Lo cierto es que cuando llovía el agua se solía estancar allí por dios días generalmente.


Un día, en una pelea (yo creo la mayor Oscar), le recliminó a nuestro padre su poca eficacia para resolver el tema de su trabajo
Un domingo de junio, en donde Oscar había tomado algo demás, costumbre en él en el último tiempo, que era casi constante le dijo a papá lo que jamás nosotros quisiéramos haber oído
¡Eres ya un viejo de mierda, un fracasado que nos arrastró a todo al desastre!, perdimos la casa nuestros familiares y yo a mi mujer
Te juro que te odio, viejo pero ya a mi en este rancho de mierda no me verán mas, juro por Dios que lo haré y pegándole un empujón a mi padre, salió a la calle casi de noche para nunca mas volver
Mi padre desde esa noche casi ya no habló más con nosotros, los que quedábamos.
Solo miraba a mi madre que lloraba en el fondo de la casa, y mi hermana que había apagado el equipo saliendo al patio a contemplar, como Oscar se alejaba
Déjalo viejo, Oscar jamás nos perdonará nunca más lo de su chica, en realidad no se si es ello o el terrible fracaso a que nosotros nos llevó las circunstancias…
Pero es lo mejor, así lejos nos valorará o no, pero es mejor que así sea.
A la mañana, al salir me sorprendí.
No solo el patio de atrás estaba unos centímetros mas abajo que el nivel del terreno, ahora esa falla de la naturaleza habia sido con la totalidad del terreno
Nos encontrábamos casi a diez centímetros mas abajo que el nivel de todo el barrio.

Para el mes de septiembre, las peleas ahora de mi hermana con mi madre se hicieron una constante, discutían por cualquier cosa.
Pero el gran disgusto fue por lo que le ocurrió a Cesar
Un día, vino la policía a casa, y hablaron largo rato con mamá.
Le habían detenido a Cesar, en Moreno con unos cuantos mas asaltando un almacén.
Papá desde el mes anterior había sido afectado por un gran resfrío que se le había complicado en algo mas que le impedía levantarse
En parte ello ocurrió porque no se pudo medicar a falta de plata y no tuvo la suficiente atención médica
La atención en la única sala médica de la zona requería que se buscasen turnos desde la noche anterior, y ello en casa era imposible.

De Oscar solo le vimos un día, casi de apuro vino a visitar a mamá de papá no pregunto y salio a la hora
A mi cuando me vio estaba detrás de la puerta de la cocina en donde de noche solía jugar con una perra, que le habíamos encontrado, me dio diez pesos y unos cuantos caramelos
Casi ni me habló solo me miró y comprendí que de alguna manera le había conmovido
Me encontraba más flaco que de costumbre algo sucio, y descuidado mamá para esa época casi no nos atendía y mi hermana salía todo el día, para regresar de noche y volverse a pelear con mamá
No se porque el único ahora que notaba que la falla aumentaba constantemente, era yo
Ya casi el terreno se había hundido en más de un metro, creo que algo más y nadie de la familia se preguntaban la razón
Es que las constantes peleas, la enfermedad de papá, la falta de dinero y ahora el hambre hacían que en casa todo trastocara en una gran pelea
Y con esa pelea el terreno unos centímetros más se hundía.
Hasta ahora mamá, le peleaba a mi padre
Viejo justo ahora te venia a joder, carajo
Que ni para ver al Cesar preso me servís

Para el mes de noviembre fue lo que origino el principio del fin.
Mi hermana apareció después de dos días en que mamá la busco por todas parte, con un hombre casi diez años mayor
Había ella bajado de un coche muy moderno, en busca de su escasa ropa y la radio.
Me voy vieja de mierda le dijo a mamá, en cuanto ella pego un salto a nuestro terreno, debo decirles que ya la distancia que separa desde el nivel de el barrio hacia nuestra casa era de mas de un metro sesenta, Cesar había construido una escalera para salir porque a mi y a mamá nos costaba salir sin ya utilizar esa escalera

¡No te vas mocosa!, no te vas a ir porque yo te mato…
Si ello hubiese sido mejor, mamá le dijo mi hermana empezando la discucion
Le hubieras echo al salir de aquella casa en donde todos si todos
Éramos felices, en donde pasamos la niñez.
Nos escapamos todos nosotros para venir aquí, una noche sin decirle a nadie de la familia nuestras intenciones y a donde nos dirijamos,
Ni siquiera a la abuela a la que yo tanto quería.
Mi pieza mis recuerdos, mis amigas de la colonia y del colegio se quedaron para siempre
Vinimos aquí, a esta pocilga del fin del mundo
Rodeados de barro que jamás conocimos antes, con una casa a medio terminar
Con nuestra propia vida poco a poco hundiéndose
¡Como esta casa!
¿Y ahora pretendes que yo me quede aquí?
¿A que?
Si a que mamá, a morir como ustedes.
Mirá a mi hermano Cesar, robando
Y pobrecito a él (señalándome) cada vez más chiquito y desnutrido.
Eso se llama amor, a la familia a tu familia e hijos mamá:
Morir de a poco, a ser uno más de un drama de hambre y discusiones
No mamá déjame ir, como Oscar
Él no es mi hombre, pero me da una casa decente, un baño limpio y comida todos los días.
Adiós
Mamá vio alejarse a mi hermana, que ahora si recurría a la escalera para subir al nivel de la calle y que a mi me pareció que quedaba ya más chica,
La casa aun seguía hundiéndose
Cesar, y yo nos miramos.
Papá desde la ventana vio alejarse a mi hermana, ni siquiera se despido de él
Se recostó de nuevo
Se quedo mirando una foto que siempre le acompañaba al costado de la mesa de noche
Era mi hermana y yo junto a la pileta de parque Sarmiento.
Se le cayeron las lágrimas
Pasaron las semanas y hasta los meses
Cesar y yo, ya comíamos en el albergue al medio día
Mamá casi no conseguía trabajo y se dedicaba a tramitar la jubilación de mi padre
Y rescatar de la municipalidad, paquetes de comida
Comida que solo a nosotros nos lo hacia, pero de noche
Cesar no trabajaba ni estudiaba.
Es mas, se le veía enfermo.
Mamá lo llevó en varias oportunidades a la salita y lo trajo entrada la tarde, es cuestión de hacerle un análisis mas profundo le dijo el medico y ella a papá
Quieren sabes viejo, internarlo en el hospital de Merlo.
Entrado el invierno, a se lo llevaron con mucha fiebre un vecino
Lo hizo una noche que llovía en su coche, `para ese entonces la casa ´ se había mantenido sin hundirse pero llamaba la atención de todos ver, que para salir de nuestra casa teníamos que subir una escalera
De Oscar nunca más suprimimos más, pero de nuestra hermana por una vecina, que había quedado embarazada
Y el hombre la despidió de su casa, y ella se había juntado nuevamente con otro tipo
Y cree ella, que esta viviendo en Corrientes.
Mamá regresó a los tres días, mi hermano estaba muy grave y los médicos lo querían llevar a curar a La Plata
Mamá estaba muy mal y lloraba constantemente
La vecina que me cuidaba, le dijo que tan mal estaba César
A mi parece que demasiado, se muere cree él médico
A los quince días trajeron a mi mamá y a mi hermano, pero muerto
Se había complicado la cosa, y en La Plata no se pudo hacer nada
Lo velamos y lo enterraron en Merlo en un día de mucha lluvia
Llegamos a casa, mamá se despidió de los pocos que nos habían acompañado y yo me quedé en un rincón de la casa.
Creo que también esa misma noche, se selló el destino de nosotros tres.
Papá cuando salio al patio, rompiendo una costumbre de muchos meses, nos llamó.
Mamá salió asustado y pegó un grito.
Salí yo.
Lo que vi no fue más que lo que esa misma noche lo había imaginado en el sueño.
En torno a nosotros una pared de tierra
Era tan grande que nos rodeaba que mirando solo mirando hacia arriba y muy chiquito se veía las nubes y el apenas, el sol

Cagamos me dije:
Ahora si que estamos muerto definitivamente.





Gustavo Gabriel Camisasca

Contemporáneo

Almagro, Argentina

Texto agregado el 11-08-2004, y leído por 121 visitantes. (0 votos)


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