Estaba la noche muy coqueta esperando a la madrugada astuta pues va pasando un hijo de puta y se llevo mi bicicleta. Como la quería, era tan fiel se la llevaron para no volver ahora le estarán cambiando la piel para de nuevo ponerla a correr. Qué triste se ve el corredor solo queda el triciclo de mis sobrinos y en mi corazón un profundo dolor al saber que la pobre recorre otros caminos. Negra era su fachada y una vez le prometí cronomolio para verla más cambiada sin embargo, hoy me estaría llevando el demonio. Me pasó por cabrón porque la pereza vale plata y es que nada me costaba cerrar el portón hoy no viajaría en lata. Cronomolio: aleación de metales. Lata: autobús.
Texto agregado el 26-03-2013, y leído por 181 visitantes. (4 votos)