Tratándose de Santiago, la capital de Chile, para una joven llegada del campo, esta es una ciudad enorme y compleja de entender, con muchos ruidos raros, cambian los caballos por grandes buses, que emiten ruidos molestos, y corren más rápido que veloz su caballo regalón.

La muchacha quien llega en tren desde el sur, mira que tan grande es esta extraña ciudad, con gente corriendo de allá para acá, ruidos que jamás escucho en su pueblo natal, decide caminar sin rumbo para conocer un poco más, en su caminata se encuentra con cosas que ella considera hermosas, que para los que están en esta ciudad no lo son. Caminando se encuentra con hombres y mujeres raros vestidos de negro y pelos parados, otros con ropas anchas y pantalón a medio caer, Carmen se pregunta si todo será así en la capital, después de un rato decide buscar hospedaje y consigue una hostería cerca de Estación Central, un barrio que para ella con su inocencia se considera algo peligroso, entra a su habitación fría y lúgubre, pues por el precio que pago por ella era tan bajo que no había algo mejor, esa cama con un colchón húmedo y unas pocas frazadas para cobijarse, Carmen mira una foto de su padres y cae una lagrima por su mejilla, los extraña, pero recuerda a lo que vino y se da fuerzas.

Carmen con sus cortos veinte años, y su gran inocencia decide buscar trabajo, mas transcurrieron los dias y las noches y no pasaba nada, pobre Carmen ya casi no le quedaba dinero y se estaba deprimiendo, pero al ver la foto de sus padres se daba valor y sé decia "debo ser fuerte y seguir adelante se que lo voy a lograr", ella creyó que venir a esta ciudad seria lo mejor para ella y sus humildes padres que con esfuerzo lograron darle una educación completa, pero no experiencia en la vida, ya que en el campo no había que hacer más que ordeñar vacas, y arar la tierra.

A pocos dias que Carmen se dio cuenta que ya no tenia dinero, una mujer la lleva a su casa y la acogió como una hija, pues ella era anciana y sola, y no tenia hijos. Le dio trabajo y cariño, con el tiempo Carmen se encariño con esta amable anciana y comenzó a surgir como persona, tanto intelectualmente como persona, Carmen comenzó a estudiar una carrera para poder lograr otras metas, que se fue planteando durante su estadía con la anciana, la anciana un día decide que Carmen ya no este más en su casa y le pide amablemente que se vaya que ya no puede tenerla más. Carmen ya con un buen pasar económico decide arrendar ahora un departamento en donde comienza a formar un hogar, consigue tener una pequeña empresa donde pone en practica lo aprendido en su carrera de diseño de vestuario, con las expectativas de sobrevivir con sus diseños Carmen pone en marcha todos sus sueños.