La vida transcurre en un suspiro y no es una frase hecha.
Siempre pensé que no era así, que la vida se hacía larga, incluso pesada a veces, sobre todo cuando iba a la residencia donde estaba mi abuelo y me hartaba de ver vejez. Vidas agotadas que sobrevivían al dolor y a la soledad.
¿ Qué está pasando? parece un accidente. Veo a una señora con cara de espanto.
Hay mucha gente parando un cuerpo que yace en la calzada. Una voz de la calle sonó en mi intimidad. Supe que era yo.
Pero creía que la muerte era la nada y me estoy viendo. Viene la policía, está retirando a la gente que se amontona a mi alrededor. Me cubren con una especie de manta plateada. Yo sigo viéndoles desde arriba, desde alguna parte donde la mirada es otra. Deseo salir es este estado, hacer que el tiempo se atrasé solo unos minutos, antes de cruzar la calle y que ese maldito coche me arrastrara.
Parece que no hay marcha atrás. A última hora la muerte está muy bien pensada. Pero hay que sabérsela ganar y yo no me la gane, me pilló de sorpresa, en la retaguardia.