A lo lejos se oía una voz ronca y fuerte por medio de un megáfono amarrado a un pick up muy antiguo, las latas del mismo hacían un ruido inconfundible, llamaba mas la atención por el ruido de las latas del auto, que por el sonido de su voz en el megáfono, el auto era conducido por una persona de tez morena, su pelo ya estaba canoso, la piel oscura de tanto exponerse al sol, siempre vestía una camisa blanca de dacrón, un pantalón oscuro de tela y unos zapatos negros de cuero, no ocupaba calcetines, repetía la frase:
“Compro latas, botellas platicas o de vidrio, papel, cartón, hierro, aluminio, lo compro a buen precio”
Ese día en particular había fallecido un vecino ya muy anciano, había muerto de causas naturales y por la vejez, fue la noticia del vecindario, a lo lejos observe al reciclador de basura y note que se quedo muy lejos de la casas, me le acerque al pick up y le dije:
-¿Que tal, porque no avanza con su auto?-
-No creo que sea conveniente, hay un difunto y no quiero hacer mucho ruido con mi auto, además regresare dentro de un par de días, veré que me venden de esa casa donde murió el anciano-me dijo.
-¿Cómo sabe que le van a vender algo?-le pregunté.
-Siempre hay cosas que guardamos, creemos que nos servirán-me dijo.
Quede con la curiosidad de lo que me había mencionado el reciclador de basura, al cabo de un par de días regreso al vecindario, escuche el ruido de las latas de su auto, noté que se estacionó en la casa donde había fallecido el anciano, estaban sacando varias cosas, salí de la casa y me acerque donde estaba él, lo salude y le dije:
-Ya veo que tenia razón, va a comprar varias cosas para reciclar-
-Nunca me equivoco-me dijo.
Lleno el pick up con varias cosas para reciclar, entre estas habían muchos periódicos matutinos y vespertinos, unos libros y varios eléctrico domésticos que al parecer ya no servían, me llamo la atención un libro y le dije que si me lo podía vender, el me respondió:
-Tómelo deme veinticinco centavos-
-Tan barato-le respondí-¿cuantos periódicos?-le pregunte.
-Hay bastantes, aprovechare mientras los publiquen en papel, ahora con la tecnología quien sabe si pasaran a ser parte del pasado-me dijo.
-Quizás tenga razón yo ya no compró el periódico, mejor lo veo por internet-le dije.
Pasaron los días y ya no supe del señor que reciclaba la basura, cuando iba caminando por el vecindario me lo encontré por unas calles aledañas, estaba llenado su pick up antiguo con una latas de aluminio, unas ollas de aluminio muy viejas, unas tablas de madera y muchos papeles sucios y antiguos, parecía que habían estado guardados por años en la casa de donde los estaba sacando, lo saludé y le dije:
-Que tal, veo que esta llevando bastantes cosas para reciclar-
-Que se le va a hacer de algo tengo que sobrevivir-me dijo-acá vivía una anciana, falleció por causas naturales, volví y mire todo lo que me van a vender-.
-Otro anciano que falleció-le insistí.
-Si, otro, ni modo para allá vamos todos-me dijo.
-Tiene razón, no hay como obviar eso-le dije.
-Para que fuéramos una lata de aluminio, botella de vidrio, papel o cartón-me dijo.
-¿Porque?-le pregunte
-Para procesarnos y volver de nuevo al ciclo de la vida, nacer, crecer y morir, seriamos eternos-me dijo.
-No creo que sea posible-le dije.
-Sabe usted que una lata de aluminio se puede reciclar para siempre, es mas esas latas que lleva en la bolsa, a lo mejor estuvieron en mi pick up y las lleve a la planta de reciclaje, no las vaya a botar me las guarda-me dijo.
Él había notado seis latas de unas cervezas que había pasado comprando en el supermercado, las llevaba para tomármelas en la noche, le respondí:
-Ahí se las voy a tener-.
Me despedí del señor reciclador de basura pero antes de retirarme me dijo:
-Si tiene cosas que ya no ocupe, mejor véndamelas, no espere que otras personas se la vendan o no espere pasar a mejor vida para que me las vendan-.
Estaba en mi casa meditando y analizando lo que me había dicho el reciclador de basura, tenia razón, muchas veces guardamos cosas y creemos que las ocuparemos mas adelante, al cabo del tiempo nos olvidamos de ellas y pasan a ocupar un lugar en lo mas recóndito de nuestro hogar, nos cuesta despegarnos de muchos recuerdos antiguos, de muchas memorias antiguas, tome mi última cerveza, puse las latas vacías en una bolsa de plástico. Al día siguiente era fin de semana, me levante temprano e hice un reciclaje completo de mi vida, esperaba con ansias al reciclador de basura, quería que se llevara todo lo que había sacado de mi casa, tardo un poco esa mañana y a lo lejos observe el pick up antiguo, lo espere en la acera de mi casa, lo llame, al verme me contesto:
-Que tal don, en que le puedo servir-
-Mire, le quiero vender un montón de cosas que ya no ocupo, quiero renovar o mejor dicho reciclar mi vida, tengo que desprenderme de esos recuerdos y memorias no muy agradables-le dije.
-A ver que tiene, vamos a ver, es mejor que me los venda, todo esto va a ser transformado y reutilizado en nuevos productos, pero usted tómelo como un desprendimiento espiritual-me dijo.
El señor puso el pick up en la acera que esta frente a mi casa y empecé a sacar varios sacos, dentro de estos estaban unas botellas de vidrio, otros con varias latas de aluminio, un montón de papeles, fólderes de cartón, varios recipientes platicos usados, el señor me ayudo a ponerlos en su pick up y empezó a decirme:
-Por las botellas vacías de vidrio, al parecer son de licor le voy a dar tanto-
-Tan poco-le respondí.
-Véalo así, ya no las va a tener a la vista para que lo inciten y le ayudara a su hígado también.-
-Por las latas de aluminio, hay bastantes de gaseosas y cervezas, le voy a dar tanto-
-Tan poco dinero me va dar-le volví a insistir.
-Recuerde lo que le dije antes-me respondió.
-Por todos esos papeles sucios y el cartón le voy a dar tanto-me dijo.
-Me parece bien-
El señor notó que dentro de unos papeles había unos con una firma de un notario, eran de un abogado que antes había contratado, los tomó del saco donde estaban y me dijo:
-¿No serán importantes estos papeles para usted?-me pregunto.
-A ver veamos-
Revise todos los papeles y dentro de ese saco grande habían muchos papeles y entre estos varios firmados por un abogado, eran del proceso de divorcio que había tenido unos años antes, le dije al reciclador de basura:
-Esos se los regalo, ya no me sirven, lléveselos y que los reciclen-
-Muy bien-me contestó.
Hicimos cuentas con el señor reciclador de basura, el me entrego mi dinero y él se retiro con el pick up lleno de artículos para reciclar, los dos habíamos ganado en este negocio, al final sentí que me había quitado un peso de encima, me sentía mucho mejor y el señor reciclador de basura tenia razón, había hecho un reciclaje espiritual, de ahora en adelante mi vida seria diferente, ya no tendría el peso de mis recuerdos y memorias que me atormentaban a diario, estaba renovado. Cuando estaba por entrar a mi casa noté que el reciclador de basura estaba dando vuelta con su pick up, estaba regresando-quizás me dio mas dinero de la cuenta-pensé, me quede parado esperándolo, se acercó donde mí y al verme me dijo:
-Se le nota que le ha caído bien venderme todas esas cosas para reciclar, pero se me olvido preguntarle:
¿Cuándo regreso por las otras cosas o por lo demás que no me quiso vender?-.
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