De aquel que te mira a la distancia, soy la sombra oculta. El reflejo difuso la mancha diluida la duda dispersa. El recuerdo esquivo, el viento que calmo se desvanece de a poco. La flor seca el fruto marchito, la semilla perdida. El espejismo opaco, el atisbo mínimo de idea preconcebida. Del poeta personal no queda nada, ni de personal, mucho menos de poeta... Porque cuando decidiste dejar de ser nosotros, quedé sólo yo.
Texto agregado el 22-03-2013, y leído por 99 visitantes. (2 votos)