Luego de caminar por varias horas a la deriva, llegó a un claro en el bosque. En él había un pequeño lago o mas bien un estanque. El agua estaba inmóvil y era cristalina. Se arrodilló en la orilla y miró fijamente a su reflejo. Luego de unos segundos se preguntó en vos alta: -¿Que estoy haciendo acá? - ¿Adonde voy? – .
En ese momento, todo empezó a parecer incoherente. La ficción se volvía realidad...o la realidad ficción. Los cientos de espectadores no podían entender lo que sucedía, ¿y como podrían? , ellos no podían leer los pensamientos del actor. Entonces él se levanto y encandilado por las luces del gran teatro, hizo una reverencia al publico, paso caminando por el costado de las butacas llenas de personas que lo miraban, algunos estupefactos, algunos con admiración, algunos enojados, y salió por la puerta principal, caminando directamente hacia la pescadería de su padre.