TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / crimsoncrow / Arcobaleno: Índigo

[C:518858]

- “¿Pensativa, Lis?” “Crimson, ¿algún día volverá?” “Lo aseguro” “¡Que alivio! Quería verlo de nuevo” “Regresará Lis, pero no estoy seguro de que puedas verlo” La bella Lis desliza sus cabellos dorados y se dirige a la ventana sin decir nada, el Sr. Cuervo se posa sobre su mano como a ella le agrada “Tú no me olvidarás, promételo” “Eso si puedo prometerlo” “Hoy tus alas no están carmesí, me gusta verlas en su color natural, un azabache mágico” “Gracias Lis. Siempre eres tan halagadora, estoy seguro de que también le dejarás algo a él” “¡Jamás te equivocas!” dijo con una sonrisa brillante, tomó una carta y pidió una pluma al Sr. Cuervo “Le escribiré una carta, ¿me darás tiempo Crimson?” “Mo voy ahora para que comiences, regresaré a llevármela por la noche” “¿Podría ser que yo se la diese? ¡No me importa que no lo vea! ¡En serio Crimson!” “Eso no te lo prometeré pero cuando regrese te responderé” El cuervo abrió sus limpias alas y dejando una estela en el cielo, voló lejos-

Otra navidad sola, la noche pasaba lentamente mientras Margarita trataba de animar a sus hermanos, sin embargo era grande la decepción que sentían “Ahí estaré, lo prometo” dijo su padre, pero jamás llegó. Comieron la cena de navidad y se fueron a sus camas sin celebración alguna, este año el ritual consumista de “Natalis Solis Invicti” no alcanzó sus corazones.

A la mañana siguiente Alfredo intentó reponer su fallo con los regalos más lujosos que pudo encontrar en la tienda, cosas que en otro contexto habrían encantado a sus hijos pero los niños aceptaron de mala gana los presentes y con la vista perforaban el alma de su padre preguntando “¿Por qué no estuviste anoche?”. Intuyendo esos sentimientos, trató de excusarse con un “Papá estaba trabajando” pero no era suficiente.

Margarita siempre estaba del lado de su padre, desde que su madre fue hospitalizada, era ella quien apoyaba a su padre en las decisiones que tomaba, era la muralla que protegía a la familia de una anarquía total. Marcos era el polo opuesto, era quien más se disgustaba con las ausencias de su padre, arrastraba a Rebeca y al pequeño Carlos a aplicarle castigos severos a su padre que iban desde no hablarle un rato hasta sabotear sus empresas.

Alfredo y Blanca comenzaron con una pequeña casa e ingresos escasos, sostenían perfectamente una familia de tres hasta que nació Marcos, entonces el capital se redujo un poco, con la llegada de Rebeca fue una cosa más difícil. Fue entonces cuando Alfredo se prometió escalar y escalar en su trabajo, ganar más cada día para su familia y fue así como con todo su esfuerzo llegó a un puesto considerable que dejaba excelentes remuneraciones, cuando Carlos nació, la alegría inundó el hogar, pues ya poseía suficientes ingresos para todos.

Luego del nacimiento de su cuarto hijo, Blanca sufrió un accidente en el cual su cráneo recibió la mayor parte del daño y desde entonces se encontraba en estado de coma en uno de los mejores hospitales del país. Hacía falta contratar una niñera así que contrató a una anciana amargada y estricta en todo sentido, lo cual inició el rencor de los niños hacia su padre.

“Hola Iron Man” le decía su jefe cada vez que lo veía trabajando, seguramente ignorando al personaje ficticio, era un apodo que Alfredo se había ganado al ser el empleado más trabajador y al mismo tiempo más eficiente lo que aparte de su sueldo también le otorgaba numerosos bonos, lo único que no pedía a la empresa eran vacaciones, si trabajaba en vacaciones también obtendría más dinero que en cualquier otro día y todo lo depositaba para el futuro estudio de sus hijos.

Tenía la mirada alto, solo se preocupaba por el futuro de sus hijos, el futuro de Blanca, se preguntaba si se despertaría si algún día podrían practicarle una operación para traerla de vuelta, se preguntaba qué pasaría si él también sufría un accidente, preció todo esto y trabajó para que los fondos nunca escasearan.

Para el nuevo año, el dueño de la empresa contrató un nuevo contador luego de recibir plausibles referencias de él, venía desde el viejo continente directo desde la Ciudad Eterna. Su nombre era muy difícil de pronunciar para Alfredo “Bartichiotto”. Era frío y calculador y su acento hacía obvia su precedencia. Trabajó eficientemente y se ganó el respeto del jefe y el de Alberto también.

El contador Bartichiotto sorprendió a Alberto haciendo cuentas en su hora de almuerzo.
- ¿Aún en el almuerzo come números?- le preguntó con una sonrisa que parecía esconder algo.
- Así soy- respondió casi sin mirarlo y regresó a su labor.
- Ah! Eso me parece una pensión de mantenimiento para un muy largo plazo, ¿es usted divorciado?-
- No, pero pienso en el futuro de mis hijos, si no soy yo ¿quién?-
- Me parece una excelente idea, pero me temo ha cometido errores-
Alberto revisó bien y se percató. Estaba tan cansado de trabajar que pasó desapercibidos algunos detalles.
- No creo que deba esforzarse tanto, si me permite puedo ayudarle con ésta pequeña cosa-
- No podría aceptar, usted tiene su trabajo y…-
-¡Insisto! En verdad no trabajo tanto como el gran “Iron Man” de la compañía, solo me siento un par de horas para trabajar y el resto del tiempo vago por ahí-

Bartichiotto convenció a Alberto de la idea y se hizo cargo de ello, le preguntó dónde podía dejarle las cuentas en caso de que no estuviera para recibirlas, -En el escritorio está bien- dijo Alberto. Así lo hizo Bartichiotto se dirigió a la oficina de Alberto y notó ciertas cosas en el ordenador de Alberto, se sentó y permaneció ahí con una sonrisa realmente macabra.

Al día siguiente Alberto fue despedido de su trabajo, la causa fue desplazar con gran desfachatez millones de dólares de la empresa a su cuenta, por suerte, o mala suerte para Alberto no pudo proceder a la demanda ya que cuando revisaron nuevamente su cuenta ésta también había sido vaciada.

Nadie sospechaba de quién pudo hacer tal fraude, al revisar las cámaras de vigilancia vieron entrar a Bartichiotto en la oficina de Alberto y tocar su ordenador, según la hora de la transacción, habían encontrado al culpable, pero fue imposible restearlo, no existía nadie llamado Damiano Bartichiotto, era un nombre falso.

Alberto estaba totalmente destruido en un pequeño segundo perdió el futuro que con gran esfuerzo había conseguido, no pudo contener su rabia al saber que vilmente le habían arrebatado todo lo que tenía. Así gritaba en su casa “Me han quitado todo lo que tengo”. Margarita quiso consolarlo con un “aún nos tienes a nosotros” pero esto solo enfadó más a Alberto “Y cómo me viene bien tal responsabilidad cuando no tengo cómo suplirla”. Sus hijos escucharon estas palabras pero su mente las transformó a “Ahora son un estorbo”.

Margarita se sintió traicionada por la reacción de su padre y entre lágrimas se fue de la casa con sus hermanos dejando una nota que ponía “Ya no tendrás que suplir nuestras necesidades”. Alberto se preguntaba a cada segundo “¿Qué he hecho para merecer esto?”. Llamó a su madre y a los amigos de sus amigos preguntando por sus hijos y no había pista hasta que recibió una llamada del hospital diciéndole que sus hijos estaban ahí y que fuera de inmediato ya que había una razón más para que fuera.

Cuando llegó, sus hijos estaban en el cuarto de su madre, los encontró a todos abrazados, Blanca se encontraba sentada y con lágrimas en los ojos. Alberto no se sintió feliz, en su mente pensaba “¿Cómo le explicaré a mi esposa que dejé a nuestros hijos en la calle?”. Se retiró de ahí lentamente antes de que se percataran de su presencia. En el pasillo solitario encontró a alguien extraño sentado, llevaba un sombrero y un paraguas, aquella escena no podía parecerle más extraña. El sujeto levantó la cabeza y cuando Alberto lo vio se abalanzó contra él con furia, era la cara de la desgracia que lo rondaba pero cuando quiso agredir al estafador su puño lo atravesó.

Alberto quedó en el suelo tembloroso mientras veía a un pájaro negro posándose en el paraguas.
- Sí, ya es tiempo - Dijo suavemente, Alberto no lo escuchó. Luego, dirigiéndose a él dijo:
- Eurípides dijo “Al hombre comedido le basta con lo suficiente”. Miraste hacia el cielo, pero no puedes alcanzarlo con la mano, tenías que ver lo que te rodeaba, una familia necesitada de afecto -
- ¡Estás diciéndome que éste es mi castigo por velar el futuro de mis hijos! - Exclamó Alberto con furia.
- No, simplemente tuve que apagar las luces del cielo para que observaras las lámparas tenues que brillan en frente de ti, No tengo tiempo de explicarte qué es una bifurcación de tiempo, pero sé que lo entenderás -
Con éstas palabras dio la vuelta y se dirigió a la pared y dibujó una puerta con el paraguas, lo miró una última vez y dijo.
-Por cierto, mi nombre es Arcobaleno.

Dicho esto cruzó la pared y la puerta se borró dejando en un shock a Alberto. Cuando despertó, sus hijos estaban a su alrededor y se sintieron muy felices de que despertara, junto a ellos se encontraba Blanca quien con una sonrisa angelical extrajo las lágrimas de Alberto desde el fondo de su alma.

Luego de la reunión el doctor avisó a Alberto de su estado de salud.
- Estoy al tanto de su horario de trabajo, pero le tendré que prohibir que siga así, tiene suerte de estar aquí, con tal esfuerzo en otro caso ya se hubiera ganado un derrame cerebral grave o quién sabe qué otra cosa.

“En otro caso” “Bifurcación de tiempo” entendió cuáles eran las lámparas que necesitaba ver. Su jefe reconoció su error al despedirlo ya que no era ningún estafador, pero al cancelarse el despido hubo cambios en sus horarios de trabajo, por prescripción médica no podía trabajar más de la hora establecida y comenzó a seguir las indicaciones de su doctor “Arcobaleno” con unas vacaciones familiares. Blanca consiguió un buen empleo y la familia siguió adelante.

-¡Vaya que has perdido discreción Arcobaleno! En tu primer trabajo solo observaste minuciosamente y en los posteriores cuidaste tu identidad, pero ésta vez solo te faltaba traerlo a mi casa a tomar el té” “Me aburrió permanecer en las sombras, incluso usé los poderes que me diste para desaparecer enfrente de aquellos muchachos” “Lis está en su cuarto, será mejor que vayas ya” “Se va, ¿verdad?” “Tan lejos como las nubes que nos cubren”-

Texto agregado el 21-03-2013, y leído por 130 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
14-04-2013 Opino tal como Vent!***** MujerDiosa
24-03-2013 Interesante historia. Me gusta esa mirada eterea y mística con la cual describes tus personajes. 5*s Vent
21-03-2013 Muy bueno amigo, me gusto la enseñanza implicita en el texto, con un cote fantástico que es de mis preferidos. Un abrazote cuervo!!! Cinco aullidos yar
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]