Creo que hay algo que deberíamos hacer mas seguido, en vez de repetir un montón de palabras sin sentido, que es perdonar. No es sinónimo de temor o cobardía, ya que el hecho de pedirle perdón a alguien querido no es un acto de humillación, sino de sinceridad y de grandeza.
En la medida en que nos demos cuenta de que estamos todos hechos del mismo barro, y que tenemos por igual virtudes y defectos, y reconozcamos nuestros propios errores, vamos a aprender a perdonar. Es mucho mas fácil señalar acusadoramente a los demás que asumir nuestras imperfecciones. Es que a veces necesitamos pegarle una cachetada al otro para evitar que nos duela a nosotros.
Cuando olvidemos los rencores y perdamos el resentimiento entonces recién podremos vislumbrar el verdadero amor. El amor que va mas allá de los festejos, de los regalos, e incluso mas allá que del resquemor. El amor que, en última instancia, es lo único verdaderamente nuestro que poseemos. Uno se da cuenta cuanto amaba algo cuando ya no lo tiene. Sería muy triste que repitamos nosotros los errores y las incomprensiones de quienes nos precedieron.
El amor es el sentimiento mas primitivo que existe, pero también es el mas importante. Podemos amar cualquiera sea nuestro nivel económico, o nuestra inteligencia, o nuestras oportunidades, estado civil o estado físico. La vida es hermosa, a pesar de nosotros mismos y de quienes nos rodean. Una vez hubo alguien que amó y supo perdonar, y aún hoy se lo sigue recordando; si bien no podemos ser como Él, al menos tratemos de imitarlo.