Al escucharlo quede tieso, me había sorprendido, pero el frio que se emitía por fuera era totalmente diferente a la sensación interna. Mezcla de nerviosismo, de deseo y una curiosidad que llamo mi puerta como nunca antes lo había hecho.
Ella por otro lado, evaluaba mi respuesta corporal, quería saber hacia dónde iba y cómo reaccionaba. Ella también tenía el deseo, la excitación y no se porque causa, estaba abierta a realizarlo. Pero ese instante en el que Doris, una amiga de la facultad, le dice en el baño a Laura mi novia actual que nos deseaba………fue como una prueba, una declaración, como si era mucho más fuerte el deseo, que arriesgarse a perder esa amistad que tantos años cultivaron.
Yo en ese momento me encontraba en una disyuntiva, aunque me gustaba la idea y además conociendo a la amiga era como un sueño hecho realidad, también sentí que Laura me estaba probando, que me investigaba y la respuesta que iba a dar en otro ámbito podía ser tomada muy mal, no importaba la respuesta que fuera.
Entonces solo me deje llevar por la situación y aceptarla de una manera lo más normal posible. Desde la barra la veo venir a Doris hacia nosotros, su cuerpo hermoso y armónico, su pelo color miel, sus ojos reflejaban en mí un placer como nunca había sentido. Simplemente hacia fuerza para no verla con una cara de desenfreno, pero solo la imaginaba desnuda junto a mi y a mi pareja y mi cabeza estallaba.
Seguimos tomando y nos vamos a sentar, ya que justo se había desocupado una mesa en el rincón de aquel bar. Nos vino justo porque ya estábamos un poco cansados de bailar y yo la verdad, solo quería ver como seguía esa noche……y siguió como mis sueños jamás lo hubieran imaginado.
Simplemente, la mejor noche que recuerdo.