Ella sabía desde pequeña que la habían hecho para hacer algo grande, desde su tuvo negro hasta su punta metálica sentía que ella sería quien alimentara los sueños y las ilusiones de muchísima gente, niños que no durmieran por las noches, abuelos con ganas de contar cuentos, domingos campestres de una familia reunida o quizás las palabras de la loca cabeza de algún poeta romántico ¡eso sería maravilloso! cantar al amor, al desamor, a un mundo donde poeta y ella siguieran vivos cada vez que alguien leyese sus relatos.
Desde su pequeña cajita de plástico, depositada en su estantería veia a los clientes entrar en la tienda, comprar, charlar amistosamente con el tendero y salir. Ella se decía a si misma "aun no es mi día", aun no se ha juntado el cielo con la tierra y seguía soñando.
Un buen día entró un cliente en la papelería, tenía aire soñador, ¡ella sabía que era su escritor! que haría grandes cosas con él, que serían los autores de grandes relatos. Él empezó a recorrer con la mirada todos y cada unos de los estantes de la tienda, cuando pasó por ella, ella lo llamó, le gritó, se desesperó al ver que él la ignoraba, comenzó a llorar, cerró los ojos y no volvió a abrirlos jamás. de fondo escuchó la campanilla y acto seguido la puerta cerrarse.
Un buen día notó como alguien la cogía con manos temblorosas, le daba igual, su auténtico soñador se marchó hacía meses. La metieron en una bolsa, apenas se inmutó, antes de depositarla en la mesa de su escritor él le queitó el polvo, la limipó con dulcura, ella no sentía nada.
Él la puso ante un papel, con un gesto sublime empezó a escribir, ella seguía con los ojos cerrados, solo sentía que la usaban, de pronto... una sensación sin igual se apoderó de ella, empezó a sentirse viva, abrió los ojos y vio frente a ella la cara dubitativa de un joven de pelo largo, negro, con barba y gafas de pasta ancha negras.
Él joven había parado, no sabía que mas escribir, ella lo miró a los ojos y él dijo "úsame como tu poeta y yo te usaré como inspiración" y salió el mas bello de los relatos jamás escrito, como una historia de entre una persona que creyó perder su amor y ahora se reencontraba con la felicidad.
11 - 08 - 2004 (a Doriam, por la conversación que tuvimos ayer) |