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La primavera está llegando, a paso lento, se comienzan a ver las flores, emergen los colores y los arboles empiezan a dejar atrás su desnudes para vestirse de verde, los días se hacen más largos y en mi se agrava la sensación de estar viviendo en un universo paralelo. Porque para mi debería ser otoño, otra estación, otro lugar, algunas veces miro la ventana y soy consciente que si bien es el mismo cielo no es tan igual, porque hasta las horas se me han cambiado. Almuerzo cuando en mi mundo desayunan, yo voy a dormir cuando del otro lado del mundo están merendando… Es tan irreal, mirar las fotos de mi ciudad y no estar ahí, ver a mis seres queridos y saber que no puedo ir a tocar el timbre y tomarme unos mates. Y más aún, porque el mundo sigue girando aunque yo me haya bajado de él, porque es así; vivo en un universo paralelo, en una realidad diferente, y que es muy difícil de explicar. No solo me cambiaron el escenario, sino también los actores y hasta el idioma. Es increíble cuando tengo que hablar español, tengo miedo de que termine hablando italiano o alemán, pues me paso el día hablando estos dos últimos, si hasta los leo pues en mi afán de mejorarlos algunos días estudio; mi idioma nativo prácticamente no lo hablo, más que nada lo escribo. Lo positivo es que me cambiaron hasta la comida, y salvo algunas excepciones no me gusta casi nada, disfruto cuando un alma caritativa me acerca alguna exquisitez italiana, ya que mis compañeras lo son, allí puedo decir que disfruto la comida, sino me paso en un estado de casi hambre, pues como porque sé que lo debo hacer, pero no con el placer que normalmente asocio a la comida. Espero que eso tenga sus resultados positivos, ya que mi carga es el peso, no consigo llegar a mi peso ideal, o por lo menos a ese que dicen que es el apropiado según la estatura. Un objetivo más para anotar de acá a fin de año. Quiero probar si realmente se produciría un cambio importante en mi de lograrlo, pues ha sido un estigma desde que tengo memoria, me gustaría averiguar si mi autoestima se vería beneficiada positivamente con ese cambio, si cambiaria para mejor mi forma de relacionarme con las personas. Pues normalmente no me considero una persona atractiva, sé que no soy un espanto, pero tampoco una belleza, soy una experta en encontrarme los mil y un defectos. Quiero realmente experimentar si logrando un cambio de esta magnitud dejo de juzgarme tan duramente a mí misma. Veremos que tal me va. Mientras no se me acabe la yerba estamos bárbaro!
Porque será que estoy tan pendiente del ojo ajeno, más de una vez me he descubierto imaginando que dirá o qué pensará de mi la otra persona, cuando en realidad no debería importarme, esta falta de seguridad en mi misma me enoja, pero aún no he podido hallar una manera de desarticular el mecanismo. Al vivir en Alemania he descubierto que aquí los tiene sin cuidado, usan lo que quieren, como quieren, como lo sienten (y a veces los resultados son más que curiosos, por llamarlo de alguna manera), exhiben sus cuerpos sin prejuicios. Realmente en ese ámbito son una sorpresa o mejor dicho, la sorpresa me la lleve yo hace unos días. Resulta que jamás había estado en una ducha comunitaria, es decir, no en Alemania. En Argentina, las piletas de natación que he visitado poseen sus compartimentos de ducha, separados por tabiques que brindan cierta “intimidad”, pues bien, aquí no… Grande fue mi sorpresa cuando al entrar al vestuario vi que algunas mujeres se duchaban, sin inconveniente, despojadas de sus trajes de baño. En una sociedad tan cerrada como parece esta, es sumamente extraño, pues si tomamos en cuenta que para que te saluden con un beso en la mejilla pueden pasar meses, esta exhibición tan desprejuiciada no concuerda.
Otra curiosidad fue al concurrir a una misa católica que es oficiada en idioma italiano (me niego a escucharla en alemán aún cuando fuera a entender lo que dicen), al momento de dar la paz se dan la mano; cuando para mi toda la vida fue un cálido beso en la mejilla, me quede como descolocada por un momento. Así me siento algunas veces, como si una mano gigante me hubiese agarrado y me hubiese dejado en un lugar totalmente extraño sin previo aviso |