A veces (siempre) por las noches, deseo el sonido bello de tu voz, diciéndome todas esas cosas bellas que sueles decirme, y que cuando las recuerdo tengo los escalofrios mas fuertes que he recordado. Me alimento de aquel deseo, mientras observo aquel pequeño arroz, que da vueltas y que toco para que se mueva como un péndulo y me hipnotice por horas. Mientras alimento mi cabeza antes del sueño, un pequeño "frío" me acompaña bajo mi brazo, que aunque así se sienta, su compañía es cálida para mi. Un pequeño personaje animal, peludo y sintético, sin vida para cualquiera, pero con mas vida de la que cualquiera podría imaginar, dentro de mi corazón. Él es testigo de mi noche, y me consuela cuando una lágrima ve caer de mis ojos.
Cuando el sueño abunda, le doy inicio a la primera melodía que me mantendrá despierto, y sigo alimentándome de mis deseos, de mis ansiedades, que se llaman tú.
A veces no doy mas, y simplemente caigo rendido en mi propio juego, pero estos días, puedo jurar que estuve durmiendo acurrucado sobre tu hombro, sintiendo ese bello calor que tanto extraño.
Es mi sentimiento de amor, y desearía poder escribirlo mejor, pero se que el poema que existe en él, solo tu lo entenderás, porque tu fuiste quien lo ha escrito durante estos años, y aun hay espacio para que sigas escribiendo... Te Amo