Me pregunto si algún día podré volver a caminar por mis recuerdos, hace tanto que me fui...y aún tengo el olor de las mañanas en casa de mi abuela, el té en el bracero, el pan recién horneado, y mi abuelo preparando junto a mi abuela la mesa del desayuno, esa brisa inconfundible que trae olor a maqui bañado con el rocío de la mañana, la humedad que suelta la tierra luego de que el vecino tirara un poco de agua para barrer, las uvas colgando maduras de las parras, ¿recuerdas como entraba el sol entre las hojas que jugaban con el viento?, ¿recuerdas los millones de tonalidades que podía alcanzar el verde?.
Caminar por la tierra arcillosa descalza, siguiendo el camino de la vertiente, aprovechar el mas mínimo descuido de la abuela para saltar en el canal de regadío y jugar a que estábamos en la piscina mas grande del mundo, ¿recuerdas lo que era rodar por el barro?, eramos unos chanchitos al volver a casa por la tarde, nosotros y la reina atracito que por lo vieja se quedaba siempre al final, querida perra fiel, hasta lo último nos acompañó y cuido a su modo.
En que lugar de la mirada se fueron esos destellos de la niñez?, daría mis brazos por volver a los tuyos querida madre, yo sé que me esperas ahí, en aquél lugar donde fuimos tan felices, sólo que no encuentro el camino de regreso, ningún avión, ningún automovil, nada es suficiente para alcanzar tu mano ahí donde te fuiste, ¡estamos tan lejos!, al menos ¿puedes ver a mi abuela ahí donde te fuiste?, dile que la quiero, que no paso un día sin esperar su mano sobre mi cabeza, esos cariños que sólo ella sabía darme, ay madre ¡cómo quisiera volver a tu entraña!...y me pierdo nuevamente entre las hojas de los árboles.
Esta ventoso hoy,creo que esta tarde danzaremos sin parar, mientras diseño el camino de regreso a casa.
A mi amiga Victoria. |