Desembarca tu miedo en la playa desierta
y tu barca se aleja despejando tu destino,
tú la miras partir con los ojos del alma oscura
sabes que no ha de regresar, te dejo a la deriva.

En tu pecho se anuda una duda lejana y férrea
combatirla sabrás si el miedo no te detiene,
es de tiempos pasados que busca vengar tu afrenta,
no sé si lograras encontrar aquello que dejaste.

El mar sabio y letal cuando quiere en ancas te arrea,
no vencerás si sigues sintiendo ese odio tenaz
que te embarga el corazón desecho, negro de mal,
si hombre dices ser, apártate y regresa a tu hogar.

Cubre tus manos con el percal de su vestido negro
que rueda por el mar echo girones de poemas blancos
mece tus pensamientos, descubre tú pecado de ayer,
olvida tu lujuria y vete, que el mar es su amado eterno.


Ella ya se marcho el día aquel cuando la dejaste
sola contra el mundo se la llevo una ola sagrada
salvadora de la desgracia que marcaría su vida
ahora aléjate de su orilla de mar o morirás de rodillas.


MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI