"La magia de nuestra desnudez, entrelazada en un calido abrazo, recostados, nos incita a sentir cada sutil caricia como un estallido orgásmico de placeres en franca armonía, un susurro de deseos sin mediar palabra alguna manteniendo unidos nuestros cuerpos, húmedos y delirantes por volver a unirse en continuos desvelos."