Se despertó como todas las mañanas sin ganas de trabajar, desganado, el día estaba nublado, gris, una leve lluvia caía y hacia que el día fuera mas pesado, entró al baño vio su imagen en el espejo, mientras veía la imagen un apagón puso en oscuridad la habitación, tocó el interruptor varias veces y la luz no llegaba, de repente la luz eléctrica volvió, el reflejo de su persona en el espejo no pintaba muy bien, pensó: “si esta imagen que esta al otro lado del espejo fuera otro igual a mi, lo mandaría a mi antojo para que trabajara y me hiciera todas las actividades, mientras yo descanso”. Salió del baño y de reojo vio una silueta oscura parada al lado de la puerta, se sorprendió con lo que vio y exclamo: ¡pero que es esto!, ¿quién eres tú?, ¿de donde saliste?, ¿como entraste a la casa?
-Tranquilo- le dijo la silueta-cálmate, soy tu otro yo-
-¿Mi otro yo?-le pregunto.
-Si tu otro yo, tú acabas de solicitar a alguien para que te suplantara en el trabajo y hacer todas las demás actividades-le dijo.
-¡No puede ser!, eres igual a mi, el parecido es impresionante-le dijo.
-Todavía lo dudas-le dijo su otro yo-si tienes dudas desnúdate y comparémonos-.
Con un poco de vergüenza se quito la pijama y quedo desnudo completamente, su otro yo hizo lo mismo, se compararon frente al espejo de adelante y de atrás, ciertamente era una copia idéntica de él, no se podía distinguir quien era quien, su otro yo era una copia fiel de él mismo.
-¡No puede ser!, ¡no puede ser!, pero bien ya que eres mi otro yo, este es el trato-le dijo.
-Sí, dime-le respondió su otro yo.
-Esto es lo que tenes que hacer: ir al trabajo y suplantarme, debes de hacerlo lo mejor que puedas, trata de no hablar mucho para que no noten que no soy yo; después del trabajo vas a ir a realizar todos lo pagos que tengo que hacer: agua, luz y las tarjetas de crédito, que te parece si hacemos el trato por una semana para que me suplantes-le dijo él.
-No hay problema-le dijo su otro yo.
Cerraron el trato con un apretón de manos muy fuerte, él se dedicó a descansar durante esos ocho días, se levantaba muy tarde, pasaba muchas horas viendo la televisión, hacia una siesta por la tarde, había adquirido el habito de leer todos los periódicos matutinos y vespertinos, la haraganería fue su compañera fiel, no se podía quejar, su otro yo había caído como un regalo del cielo. Al cabo de una semana su otro yo apareció en la casa, lo salió a encontrar él, cuando lo vio se asusto, se sorprendió al ver como había llegado, tenia una barba espesa en la cara, la vestimenta sucia y en fachas, parecía estresado, cansado y enojado por todo lo que había hecho y pasado en esos ocho días.
-¿Qué te paso?-le pregunto él-¿Por qué venís así de esta manera?-
-Tranquilo sentémonos-de dijo su otro yo-tomémonos un trago, uno doble-
-Pero, ¡como que un trago doble!, ¿Qué acaso ahora bebes?-le preguntó él.
-Sentémonos y servirme mi trago doble, te voy a contar con lujo de detalles todo lo he hecho mientras te suplantaba-le dijo su otro yo.
-A ver, contame-le dijo él.
-Para empezar nadie noto la diferencia entre tu y yo, nadie sospecho nada, no creo que nos hayan descubierto, para empezar llegue a tu trabajo y ahí todos son unos huevones, se los dije en la cara, siempre te dejan todo el trabajo a vos, le dije a tu Jefe que era un lame botas con el Gerente de la empresa-le dijo su otro yo.
-¡Pero que!, ¡no puede ser!-exclamo él.
-Cálmate, estate tranquilo, también le dije al señor gordo que le prestaste dinero el cual nunca te pago que era un tacaño, a tu compañera de trabajo le dije también que ya no fuera tan chambrosa, que dejara de andar metiendo cizaña con los demás-.
-¡Pero que acabas de hacer!, ¡no puede ser!, ¡no te creo lo que acabas de hacer!-
-Tranquilo, fui a hacer también todas las actividades que me encomendaste, primero fui al banco donde tenes la tarjeta de crédito y ahí pagas la cuota, cuando estaba con la persona que me atendía y veía que era un robo lo que te estaban cobrando, me levante me baje los pantalones, les enseñe las nalgas y les dije : “aquí están sus intereses, recargos, cuota del seguro, y demás babosadas que cobran, ladrones con corbata y traje”; pero los de la seguridad privada me tuvieron que sacar. Fui a pagar el recibo de agua había una cola extensa, me salí de la cola y les dije ahí a los de la agencia, por la ¡gran puta!, si a pagar hemos venido todos o mas bien dicho la poca agua que nos cae en la casa, cóbrennos por esa agua chuca que cuando la tomamos lo mas seguro es que nos de amibas, parásitos, diarrea, acá traigo un vaso con agua de chorro a ver si se la toman prueben- pero otra vez me sacaron los de la seguridad privada de la agencia.
El solo escuchaba lo que decía su otro yo, se puso pálido y muy preocupado por lo que había hecho su otro yo, se sentó en el sofá y siguió escuchando lo que le decía.
-Te pague el recibo de la energía eléctrica también, ahí la cola era menos, pero cuando vi todos los cobros que te hacían en el recibo incluido el de la alcaldía, dije: “no puede ser”, “esto no puede ser”, tome compostura y exclame: ¡son unos ladrones!, como cobran tan caro por la luz, impuesto por cada poste del tendido eléctrico, ¡ladrones!, ¡píos¡, ¡malacates¡, y como ya te podrás imaginar me sacaron los de la seguridad privada de la agencia-.
Él puso la cara de asombrado, no sabia si ponerse histérico o enojado, si le debía reclamar a su otro yo por todo lo que había hecho.
Su otro yo siguió contándole lo que había hecho y le dijo:
-Fíjate también que me encontré con una ex novia tuya, Lisseth Hernández-
Él exclamo: -¡no puede ser!, ¡no puede ser!, que le dijiste a ella-
-Cálmate, tranquilízate solo le dije que no habías tenido el coraje y valor para entablar una relación formal, que no te querías casar con ella, le fui sincero, le dije que le habías mentido diciéndole que te fuiste para el norte, por cierto ahora ya no es Lisseth Hernández ahora es de Torres.-
-¡Increíble!, ¡no puede ser!, pero que me has hecho, ¡esto no puede ser!-le dijo él.
-Pase visitando a tu familia, también-le dijo su otro yo.
-¡No por favor!, ¡no por favor!, que le dijiste a ellos-le respondió él.
-Tranquilo si solo fui a visitar a tu mama, papa y hermanos; les dije que los quería bastante y que ya sabia que me querían a mi también, les explique de buena manera que ya no me pidieran demasiado dinero, porque pasaba por un situación económica algo critica, tu familia entendió, claro no les dije que era porque no les quería dar y que mejor te lo gastabas en bebidas y fiestas-.
-¡Hoy si me jodistes bien!, ¡no puede ser!-le decía él.
-Y para terminar cuando venia para la casa-le dijo su otro yo.
-¡Todavía falta!-le exclamo él.
-Le dije al vecino que vive al frente de tu casa, si ese que siempre te quita el parqueo, que no se creyera la mama de Tarzán y que cuando quisiera nos podíamos entender de la forma que el quisiera, que mejor cuidara a su esposa ya que el vigilante de la mañana le andaba haciendo la segunda; y a la otra vecina de al lado le avente un piropo y le dije que estaba bien buena, a ver cuando nos dábamos una salidita por ahí, no le gusto mucho porque se me quedo viendo con cara de pocos amigos-en fin en eso es lo que te suplante mi querido otro yo-.
-¡No puede ser!, ¡No puede ser!, ¿que has hecho?, mejor dicho que me has hecho, ahora con que cara me presento al trabajo, que les digo a mi familia, si te cagaste en mi vida, sos una copia barata y pirata de mi, te has paseado en toda mi vida, ¡no puede ser!-exclamaba muy enojado e histérico.
A lo lejos se oyó un sonido que iba de menos a mas, era la alarma que sonaba incesantemente, se despertó de la cama sobresaltado y afligido, tenia un poco de sudor en la frente, observo la alarma del reloj, marcaba las 05:37 am, de un salto se levanto al lado de la cama y se dirigió al baño, hizo su necesidad, vio su imagen en el espejo y pensó: “¡que bueno!, fue solo un sueño o realmente ese soy yo”.