Si verías tus propios ojos mirándome a mí, sabrías lo que he sufrido por ti. Te darías cuenta que fuiste para mí la más linda vida que pudo existir.
Sí, te deje ir, pero nunca olvides que dentro de mí eras alguien que pudo vivir, y al menos viste la sombra que habitaba en mí. Te diste la vuelta, y te deje ir, sin preguntarte siquiera que era lo que querías para ti…
No supe ni quise escuchar lo que eras en tu soledad…
Si pudiera volverte a amar lo haría con gusto y sin pesar pero no puedo esperarte ya porque te has ido y quedado atrás.
Nunca olvidaré lo que me hiciste soñar, que era dueña de lo que iba a pasar; me hiciste volar y me hiciste callar, pero no me enseñaste a perdonar…
Si la culpa es compartida o individual lo veré en el futuro con mayor claridad.
Vete que te dejo sobre mi pesar y liberémonos para estar en paz…
Te amo y siempre te he de amar aunque digan que no te conozco y fuimos un ser completo y otro a la mitad.
Te extraño y valoro aunque ya no nos podamos ver más y quiero que sepas que contigo fue mi libertad. Diría que viniste a este mundo para juzgar lo que tu madre ha sido y no pudo soportar. Tuviste un destino y una vida que contar, porque me ayudaste a ver con mayor claridad.
Te agradezco x haberme hecho soñar, y dejar de lado lo que no podía solucionar. Fuiste una vida con otra sin igual y me enseñaste el valor que tiene la realidad. Ahora gracias a vos y sobre todo por demás veo como quiero y no solo lo que me hace mal. Me enseñaste a diferenciar lo que es importante de lo que no sirve y hace llorar.
Me despido y te dejo ir ya, porque ambos nos dimos una oportunidad para vivir, amar y desear la existencia del otro y todo lo que hay por detrás.
No sé si Dios nos volverá a juntar pero realmente deseo volverte a amar, teniéndote a mi lado sin tropezar con aquella misma piedra que nos logro separar.