Leo las líneass escritas por una hermosa dama,
gotas vertidas de un corazón que sangra,
tristeza por sentir que ahora, le falta la fantasía
y de haber perdido, por el momento ‘la magia’
y poder plasmar en letras memorias por ahora idas.
Es una amiga sincera y para mi muy querida
compartiendo así con ella la frustración ahora mía.
¿Por qué has de traer al presente lo triste de el pasado?
¿Con que objeto has de imbuirte en lo que fuera amargado?
Esta es idiosincracia que tenemos los humanos
cierta satisfacción al llorar por lo sufrido.
Es mi deseo mayor llegar a ella y animarla
que emerja de la oscuridad en que al momento se halla
y sugiero lea versos escritos por otras damas
cuyo talento, aunque idas, hasta el día admiramos.
Sor Juana Inés de la Cruz, sus líneas ¡Que maravilla!
Mi amiga sin titubear a la poeta me cita:
“Hombres necios que acusais
a la mujer sin razón
sin ver que sois la razón
de lo mismo que culpáis”.
Gabriela Mistral sugiero, “la Pola” fuera tan grande,
mi dulce amiga entonces, es así como responde:
“Gabriela la que mintiera a la pobre higuera?”
En desesperación insisto –Trata ahora a Alfonsina-
¡Craso error! Pues al momento llega inevitable
de aquella que en gran tristeza en la mar se moriría,
mi dulce amiga esta vez responde:
“Que ni una margarita diga que es mi hermana”
A punto estoy de nombrar tal vez a otra poeta.
Poniéndose el dedo en los labios ella me dice “Calla,
déjame estar alegre con mis penas, mis angustias,
sufrimientos, las musas con que me exprese”.
Mi gran error fue, ahora bien lo comprendo
pretender que olvide sus penas con poetas
que siendo todas mujeres también lloraban como élla.
Yo debí no haber pensado no en poetisas, más bien
en muchos poetas hombres que enfrentaran la vida
simplemente como hombres que como tal ocultaran
sus lágrimas por no pasar por “cobardes”.
Pienso que debí de haberle dicho:
-Lee al gran Rubén Darío:
“Yo soy aquel que ayer no más decía
El verso azul y la canción profana”.
-¿Por qué no Manuel Acuña quien dijera:
“Pues bien, yo necesito
decirte que te quiero,
decirte que te adoro
con todo el corazón”?-
O tantos otros: Becker, Zorrilla,
Espronceda, Martí, Quevedo,
Góngora y ¡Tantos, tantos!
No lo hice ¿Sabes que, mi cara amiga?
Olvida ya lo olvidado,
no salgas, desde tu ventana
ven, observa la campiña
aspira de azucenas y jazmines el aroma,
escucha ‘etude’ de Chopin o de Liszt una rapsodia
acaricia con tus dedos sedas y algodones,
lleva a tus labios un Asti, Madeira o quizás un Rioja
¡Mujer, un dulce de leche o siquiera un caramelo!
Si tienes cinco sentidos, goza de lo que te rodea.
O simplemente cierra los ojos, sueña y recuerda
la inocencia de tu infancia cuando brincabas la cuerda.
(A Yosoyasi2 por "La Magia") |