En las hojas encuentro esa calma que ansia mi alma tan abrumada…
Porque el presente no es aquel que había soñado, no es el que había esperado…
Me había jurado de que a pesar de todo lo bueno y lo malo, encontraría eso por mí tan anhelado…
Te fuiste, te he perdido, pero al final de este triste suceso hemos aprendido…
Yo quería crecer y tú quedarte como un niño…
Pero siempre lo supimos… tus deseos no eran los míos, no eran compartidos…
Y ahora que ya no te tengo y tú no me tienes no creo que haya alivio…
¿Por qué separar a dos personas que se quieren? Porque es otra cosa la que se prefiere…
Yo te quería, tú me querías pero eso no fue suficiente, yo te medía todo el tiempo y de tanto prestarle atención a tus acciones y dichos me perdí de ver los míos… No me daba cuenta si te había herido…
Tal vez dije cosas que no sentía y calle otras que si valían, tal vez el miedo, ese que siempre aparece ante mí presionándome cuando tengo que hacer una elección, me detuvo y no me permitió seguir…
Seguirte y decirte todo eso que sentía, todo eso que escondía, y deje pasar los días, pero yo sabía cuando nos mirabamos que no me entraban las palabras, que eran demasiado pesadas, que querían salir de mí y llegar a ti…
Y no sé por qué, quizás me enamoré…