Querida esposa:
Cincuenta años han pasado desde la primera vez que vi tus hermosos ojos verdes, tu tersa piel, blanca como la nieve, tus perfectos rasgos provocaban la curiosidad de cualquier hombre, y entre tantos apuestos hombres me diste a mí tu valioso corazón, recuerdo como si fuera ayer cuando por primera vez tus labios y los míos se juntaron, el latido de mi corazón se acelero por la felicidad de tenerte entre mis brazos, cada día contigo a sido como un sueño hecho realidad.
Recuerdo el día de nuestra boda, sin ninguna duda la novia mas hermosa de el universo entero, después tuvimos al de dos meses a nuestra perfecta hija, inteligente y hermosa, igual que tú mi amor…
Hemos pasado juntos risas y llantos, pero nuestro amor nunca a flaqueado, cada día que pasaba aprendíamos el uno de el otro, conseguimos amarnos y respetarnos como no todas las parejas lo consiguen hacer.
Y ahora me encuentro leyendo estas líneas para ti, y se me rompe el alma al pensar que después de todo lo pasado juntos una enfermedad consiguió arrebatarte de mi lado, no sabes lo muchísimo que te extraño amor mío, daría lo que fuese por volver a ver una vez mas tus preciosos ojos, volver a notar el sabor de tus labios…
Pero ni la muerte me separará de ti mi amor, la muerte me terminará por llevar a mi también, y por fin estaremos juntos, para siempre.
Siempre te amare. |