Era un tipo especial, eso no lo voy a negar, la primera vez que le ví fue en la fiesta de inauguración de su nueva empresa, nunca imaginé que el dueño de la empresa en la que trabajo podía ser un hombre tan joven y tan...Hipnotizante.
Pelo negro azabache, mirada tan azul y penetrante como el océano labios carnosos y sensuales, todo un "sex symbol" para cualquier mujer.
Mis ojos no dejaban de perseguir los suyos, sin ninguna respuesta por su parte, Dasy mi jefa no dejaba de alabar una y otra vez su trabajo mientras se mordía sin cesar los labios, parecía una colegiala frente al grupo de deportistas del colegio.

A su lado me sentía inferior, pequeña y muy indefensa, y eso en el fondo me... Excitaba.

Cuando llevaba vente minutos en aquella fiesta, fui al baño a ver que todo seguía perfecto, nunca me ha gustado arreglarme, de hecho esa noche fue la primera vez que me vestí así, mi mejor amiga Katherine me insistió varias veces y terminé poniéndome su vestido de gala, raso azul, una abertura de infarto en mi muslo derecho y los laterales abiertos dejaban ver la piel de mis costados, no era excesivamente atrevido y era precioso.

Al salir del cuarto de baño sus ojos se encontraron con los míos y me ardió todo el cuerpo, quería a ese hombre y le quería ya.
Me acerqué a él andando lo mas suave y recta que supe, ya que también fue mi primer día de tacón, cuando llegué a su lado le miré de reojo con la mirada mas sexy que supe hacer y pasé de largo, o al menos lo intenté, ya que su mano se cerró con firmeza sobre mi muñeca; su tacto era cálido y suave, su olor varonil hacía que mi cuerpo se despertase cada vez mas, sin mediar palabra me agarró de la mano y me llevó con él, no sabía a donde me quería llevar, pero no importaba.

Entramos en una habitación bastante oscura con una gran cama de matrimonio, creo que la mas grande que he visto nunca; de nuevo me encontré mirando sus hermosos ojos azules como el cielo, un hombre así solo podía ser un ángel... Era tan hermoso...

Sus manos firmes rodearon mi cuerpo y mi vestido se deslizó sobre mi cuerpo para acabar rodeando mis tobillos, me tendió suavemente sobre la cama y sin quitarme ni la ropa interior bajó rozando mi cuerpo con sus labios, primero el cuello, después, los pechos hasta llegar al punto mas caliente de mi cuerpo; oleadas de placer me invadían una y otra vez, mis jadeos eran cada vez mas continuados, con un rápido movimiento liberó su erección mientras nuestras bocas jugaban sin parar, mordiscos, caricias, pellizcos...
Todo eran sensaciones nuevas e increíbles, hasta que sentí la sensación mas increíble de todas,
de una sola embestida nuestros cuerpos quedaron unidos, después de esa primera embestida, llegaron mas y mas hasta que no pude más y llegué al orgasmo clavando mis uñas en su espalda, todo era tan perfecto...

De nuevo le miré a los ojos, esperando ver ese azul tan intenso que hacía que cualquier mujer se derritiese con solo pasar a su lado, pero no...
Sus ojos antes azules ahora eran negros, incluso la esclerótica, antes blanca impoluta ahora era negra como la muerte, no pude reaccionar, sus colmillos atravesaron sin piedad mi cuello, aquella fué mi última noche, al menos como humana.

Esa fué la primera vez que le vi... No era un cuento de terror... Era real.